lunes, 25 agosto 2025

Pablo Sánchez (41), guía turístico: «Descubre en Cádiz un pueblo blanco con playa de interior, la escapada ideal para el último chapuzón del verano»

Este pueblo blanco, coronado por un castillo nazarí, ofrece la combinación única de turismo rural y un refrescante día de baño. Es el destino ideal para una escapada de fin de verano, huyendo de las multitudes de la costa y descubriendo un rincón sorprendente y auténtico

La provincia de Cádiz evoca imágenes de kilómetros de arena dorada, el rugido del Atlántico y atardeceres sobre el mar. Pero, ¿y si te dijera que el último chapuzón del verano te espera tierra adentro, en un lugar que desafía toda lógica? Porque en el corazón de su sierra, uno de los pueblos blancos más bonitos de España esconde una playa de interior absolutamente inesperada. Un secreto que cambia por completo la idea que tienes de esta tierra.

No busques olas ni salitre, porque esta orilla es diferente. Imagina arena, sombrillas y el bullicio alegre de un día de baño, pero rodeado de montañas y olivos en lugar de chiringuitos. Es el plan perfecto para huir de las multitudes de la costa, pues esta playa de agua dulce es el secreto mejor guardado de la sierra de Cádiz. Sigue leyendo, porque este rincón te va a volar la cabeza.

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LA PLAYA DONDE EL MAR ES UN ESPEJISMO

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Cuando piensas en un día de playa, tu mente viaja directamente a Conil, Tarifa o Zahara de los Atunes. Sin embargo, en el interior de la provincia existe una alternativa que rompe todos los esquemas, un lugar que te hace dudar de si estás en la montaña o en la costa. De hecho, la verdadera sorpresa es encontrar un área recreativa con arena y sombrillas en plena naturaleza.

Este milagro tiene nombre: Zahara de la Sierra. Este pueblo, colgado de una roca y coronado por un castillo nazarí, ofrece una experiencia dual que pocos conocen. Puedes pasar la mañana explorando uno de los pueblos blancos de Cádiz más emblemáticos y la tarde dándote un baño. Porque Zahara de la Sierra ofrece la insólita combinación de turismo rural y un refrescante baño.

ZAHARA DE LA SIERRA: UN BALCÓN COLGADO EN LA ROCA

Zahara de la Sierra es una postal en sí misma. Declarado Conjunto Histórico-Artístico, es la definición perfecta de pueblo blanco andaluz. Perderse por su laberinto de cuestas es un auténtico placer, un viaje al pasado que culmina en su torre del homenaje. De hecho, sus calles empinadas y encaladas culminan en un castillo nazarí con vistas espectaculares. Es el punto de partida perfecto para una escapada en Cádiz.

Las vistas desde arriba son, sencillamente, sobrecogedoras. A tus pies se extiende un paisaje de colinas y, sobre todo, el embalse de Zahara-El Gastor. Su agua, de un color turquesa casi irreal, es el preludio de lo que te espera más abajo. Sin duda, desde lo alto se domina el embalse, de un intenso color turquesa que contrasta con el verde de la sierra.

¿CÓMO ES POSIBLE? EL SECRETO BAJO EL EMBALSE

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La pregunta es inevitable: ¿de dónde sale esta playa? La respuesta está en el Área Recreativa de Arroyomolinos, conocida popularmente como «La Playita». No es magia, sino el resultado de aprovechar el cauce de un arroyo para crear una zona de baño artificial. Se trata de un proyecto que ha transformado un paraje natural en un perfecto oasis para combatir el calor del verano.

Rodeada de árboles frutales y vegetación de ribera, el agua está fresca, limpia y perfectamente acondicionada. Cuenta con todos los servicios de una playa convencional: socorristas, chiringuito, alquiler de hamacas y hasta un jardín botánico. Es el plan perfecto, ya que este espacio combina la seguridad de una piscina con el encanto de un entorno natural privilegiado.

EL PLAN PERFECTO PARA EL FINAL DEL VERANO

La jornada ideal en Zahara de la Sierra comienza por la mañana, explorando el pueblo antes de que el calor apriete. Después de un buen desayuno en la plaza, sube al castillo y déjate maravillar por las vistas. Al mediodía, es hora de bajar a «La Playita». Aquí, la tarde transcurre entre chapuzones, siestas bajo la sombrilla y la sensación de estar en un lugar único. Es el mejor plan de fin de verano en el Cádiz interior.

Y para rematar el día, nada como volver al pueblo al atardecer. La luz dorada tiñe las casas blancas de un color mágico y las terrazas de los bares invitan a tomar algo mientras refresca. Es la guinda a una jornada redonda, porque la experiencia combina la aventura de descubrir un lugar secreto con el placer de un día de relax total.

EL ALMA DE LA SIERRA: MÁS ALLÁ DEL CHAPUZÓN

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Este lugar es mucho más que una simple anécdota. Es la puerta de entrada al Parque Natural Sierra de Grazalema, una Reserva de la Biosfera de una belleza apabullante. Es una invitación a explorar senderos, avistar buitres leonados y descubrir otros pueblos blancos cercanos. La «playa» es el gancho, pero el verdadero viaje consiste en sumergirse en la cultura y la naturaleza del corazón de la provincia de Cádiz.

Al final, te das cuenta de que este rincón gaditano es una metáfora perfecta. Te enseña que, a veces, las mejores experiencias se encuentran donde menos te las esperas, lejos de las rutas trilladas y los destinos obvios. Es la demostración de que la provincia de Cádiz siempre guarda un as en la manga, y que su capacidad para sorprender es tan infinita como el horizonte que se divisa desde lo alto de su sierra.


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