Parece que todo sube menos las pensiones, ¿verdad? La luz, la cesta de la compra, hasta las pipas. Y claro, muchos jubilados piensan lo mismo: “¿de dónde saco yo un poco más sin perder la calma?” Pues buenas noticias: sí hay formas. No vamos a hacer magia, pero sí hay algunos trucos sencillos que este año pueden darte un respiro en el bolsillo.
Revisa bien las ayudas que ya existen
Lo primero: no dejes dinero olvidado. Mucha gente no sabe que puede pedir complementos y ayudas. Te suenan estos:
- Complemento a mínimos. Si tu pensión es baja, puedes pedir que te la suban hasta el mínimo legal.
- Complemento por maternidad/paternidad. Si tienes dos o más hijos, ahí puede haber un extra.
- Ayudas por dependencia o discapacidad. Que se suman a tu pensión si cumples las condiciones.
Un paseo a la Seguridad Social o al ayuntamiento y, con suerte, puedes estar hablando de varios cientos de euros más al año.
Hacienda también puede echarte un cable
Ya sé que la palabra Hacienda da miedo, pero en este caso puede ser tu amiga. Mira estas opciones:
- Deducciones por alquiler o vivienda. Depende de tu comunidad.
- Gastos médicos y farmacia. En algunos sitios te dejan desgravar parte.
- Exenciones fiscales. En ciertos casos, no todo lo que cobras paga impuestos.
Un asesor fiscal (o incluso alguien en Hacienda, que para algo están) te lo explica sin líos. Muchas veces, con una simple declaración puedes recuperar dinero que pensabas perdido.
Sácale partido a los descuentos de jubilado
Ser pensionista no es solo cobrar cada mes: también hay ventajas ocultas que conviene recordar:
- Tarjeta Dorada de Renfe. Hasta un 40% menos en trenes.
- Descuentos en transporte público. Metro, autobús, tranvía… en la mayoría de ciudades.
- Cultura y ocio más barato. Museos, teatros, cines y, por supuesto, los viajes del IMSERSO.
Cada euro que no gastas es como si lo ganaras. Y oye, ver un buen espectáculo por la mitad siempre alegra.
Busca pequeños ingresos extra sin matarte a trabajar
No hablamos de volver al curro, tranquilos. Solo de opciones fáciles:
- Alquila una plaza de garaje vacía o una habitación que no uses.
- Vende cosas que ya no necesitas. Ese mueble, esa bici vieja, la vajilla que ocupa espacio… siempre hay alguien que la quiere.
- ¿Tienes un hobby? Pues puede ser rentable. Manualidades, jardinería, costura… incluso dar clases si te apetece.
Hoy con Internet todo esto es mucho más fácil.
Gasta mejor, sin perder calidad de vida
A veces no es ganar más, sino gastar menos. Un ejemplo:
- Revisa tu contrato de luz o teléfono. Hay tarifas mucho más baratas.
- Compara seguros, tanto de salud como de hogar.
- Cancela suscripciones que no usas: revistas, tele de pago, gimnasios…
Un par de llamadas y puedes ahorrar más de 300 euros al año sin enterarte.
No lo hagas solo
Y recuerda: no estás solo en esto. Hay asociaciones de jubilados, sindicatos y hasta talleres gratuitos en ayuntamientos que te ayudan a entender tus derechos. Aprovechar esa información puede marcar la diferencia.
👉 En resumen: no es cuestión de suerte, sino de moverse un poco. Revisar ayudas, aprovechar descuentos, gastar mejor y, sobre todo, estar informado. Al final, esos pequeños gestos hacen que tu pensión rinda más… y que a fin de mes respires un poco mejor.