Cada otoño lo mismo: los jubilados en España pendientes de la tele y del periódico para ver cuánto subirá la pensión al año siguiente. Es casi un ritual: rumores, previsiones, políticos prometiendo y, mientras tanto, la gente haciendo cuentas con la libreta. Y aunque aún falte para 2026, ya empiezan las quinielas. La pregunta de siempre: ¿cuánto dinero más entrará realmente en el bolsillo?
Cómo se calcula esto de la subida de la pensión
Desde hace unos años el truco es simple (al menos sobre el papel): la pensión sube lo que suba la inflación media anual. Es decir, si la vida está más cara, las pensiones suben igual. Se acabaron (en teoría) esas subidas ridículas del 0,25 % que aún escuecen cuando se recuerdan.
El Gobierno dice que lo mantiene sí o sí, aunque cada Presupuesto es una pelea política. Vamos, que al final todo depende de cómo se comporte la inflación en 2025.
Lo que dicen las previsiones 2026
Los economistas (Banco de España, Bruselas y demás oráculos) apuntan a que en 2025 la inflación se moverá entre un 2 % y un 2,5 %. Eso significa que la pensión en 2026 subiría más o menos en ese rango.
Ejemplo rápido y sin rodeos:
- Una pensión media de 1.200 € se quedaría en unos 1.230 €.
- Una pensión mínima de 780 € subiría apenas unos 15 € al mes.
No es para descorchar champán, pero oye, tampoco es aquel 0,25 % que daba hasta risa.
Lo que dice el Gobierno (y lo que teme la gente…)
Desde Moncloa repiten la cantinela: “la revalorización está garantizada por ley”. Vale. Pero la preocupación de muchos jubilados no es el titular, sino si el sistema puede aguantar con el gasto de tantas pensiones y jubilaciones anticipadas que se vienen.
Los sindicatos, como siempre, presionan: piden que las pensiones mínimas suban por encima de la inflación porque son las que más sufren la subida del pan, la luz o el aceite. Y razón no les falta.
Y con las pensiones máximas, ¿qué pasará?
Aquí está el melón delicado. Las pensiones máximas también suben con la inflación, pero cada vez se oye más eso de “hay que poner límites” o “ajustar cotizaciones”. Traducido: los que cobran más podrían encontrarse con cambios de reglas si la factura se dispara demasiado.
El día a día, lo que importa
Al final, la realidad es que la mayoría de pensionistas viven con lo justo. La subida de 2026 ayudará un poco: pagar la factura de la luz sin susto, llenar la nevera con algo menos de apuro o, si hay suerte, invitar a los nietos a una comida especial.
Pero la sensación general es la de siempre: sí, suben las pensiones… y justo detrás suben también los precios. Un juego del gato y el ratón que ya se conoce de sobra.