En la sección Gossip de Merca2 analizamos la delicada situación que atraviesa Belén Esteban en su relación con La Osa Producciones, la productora heredera de La Fábrica de la Tele y de Fabricantes Studio, liderada por Óscar Cornejo y Adrián Madrid. A sus 51 años, la de Paracuellos afronta un momento muy distinto en su trayectoria televisiva, marcada por la ausencia de un programa de primera línea que sostenga las condiciones económicas que mantenía desde hace más de una década. La ex de Jesulín de Ubrique sigue siendo uno de los rostros más reconocibles de la pequeña pantalla, pero las circunstancias han cambiado, y lo que antes parecía intocable ahora se encuentra en pleno proceso de renegociación. Según ha podido saber Informalia, sus amigos y socios de siempre le han planteado un ajuste a la baja en su contrato, algo que no ha sentado nada bien a la princesa del pueblo, acostumbrada a luchar hasta por el último céntimo.
2El fracaso de Belén Esteban

Uno de los factores que más ha pesado en esta situación ha sido el fracaso de La familia de la tele, el magacín de La 1 producido por La Osa. El programa se estrenó con muchas expectativas, pero terminó siendo retirado de la parrilla tras unos resultados muy discretos. La propia Belén confesó en directo semanas antes de su final que no se encontraba cómoda en ese formato y que quería dejarlo, aunque finalmente la decisión fue tomada por la cadena al comprobar que el proyecto no despegaba. Pese a ello, la Esteban continuó cobrando mensualmente lo que tenía firmado en su contrato, un privilegio que no ha disfrutado nadie más dentro de la productora. Y ahí radica uno de los principales problemas: mantener esas condiciones económicas sin respaldo de audiencia ni de proyectos rentables es insostenible para la empresa, tal y como le han hecho saber sus responsables.
El contrato actual de Belén no solo incluye su participación en programas, sino también otras partidas vinculadas a negocios o colaboraciones que tampoco han funcionado como se esperaba. Por eso, los responsables de La Osa le han trasladado con claridad que ese acuerdo ya no es viable y que es necesario adaptarlo a la realidad del mercado y a su situación actual como personaje televisivo. La princesa del pueblo entiende los argumentos, pero al mismo tiempo no está dispuesta a aceptar sin más un recorte que le aleja de lo que ha sido su estatus durante tantos años. La tensión está servida, aunque ambas partes saben que el vínculo emocional y profesional que comparten hace que el desenlace más probable sea un acuerdo intermedio que mantenga a Belén en la órbita de Cornejo y Madrid, pero con nuevas condiciones.