sábado, 23 agosto 2025

Lo que un cardiólogo advierte sobre el vino en las comidas: ni sano ni protector, solo peligro normalizado

Pocos consejos se han anclado con tanta fuerza como el que defiende la copita de vino diaria, pero un cardiólogo lo tiene meridianamente claro. Esa costumbre tan nuestra, tan de sobremesa familiar, esconde una realidad que este experto en salud cardiovascular quiere aclarar; el consumo de alcohol, por mínimo que sea, aumenta el riesgo cardiovascular. ¿Y si todo lo que creíamos saber sobre esa copa protectora fuera en realidad un peligroso espejismo que llevamos décadas aceptando?

Seguro que lo has oído mil veces en boca de amigos, familiares e incluso de algún que otro profesional desactualizado: «una copita al día es buena para el corazón». Sin embargo, los datos científicos actuales son rotundos y la creencia popular carece de base científica sólida y se apoya en mitos muy arraigados. Este especialista en el corazón destapa una verdad que choca frontalmente con nuestras tradiciones, una que necesitamos escuchar.

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LO QUE LA CIENCIA DICE Y TU CUÑADO CALLA

Un cardiólogo de prestigio resume las evidencias científicas actuales que desmontan por completo este mito popular, con datos que no dejan lugar a la interpretación. Fuente Freepik.

La ciencia actual no deja lugar a dudas cuando se trata del etanol, el componente principal de cualquier bebida alcohólica. Las últimas grandes revisiones científicas confirman que cualquier cantidad de alcohol es un tóxico para las células del músculo cardíaco y aumenta la presión arterial. Este experto en el corazón insiste en que no existe una dosis segura ni recomendable, por muy pequeña que nos parezca la copa o muy social que sea el momento.

Entonces, ¿por qué sigue tan vivo el mito si la evidencia es tan clara? La respuesta está en la fuerza de la costumbre y en lo que nos cuesta renunciar a ella. Nos resistimos a aceptar una verdad que choca con un hábito placentero y social, por eso normalizamos el riesgo y buscamos justificaciones que nos permitan seguir bebiendo sin sentirnos culpables. Pero este cardiólogo advierte: el corazón no entiende de excusas ni de tradiciones.


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