viernes, 22 agosto 2025

El lado oscuro de la inteligencia artificial: solo un asistente no te roba los datos personales

En los últimos meses, la conversación sobre la seguridad digital ha vuelto a ocupar un lugar central. Mientras algunos especialistas alertan sobre la necesidad de proteger nuestras comunicaciones con celo extremo, otros sostienen que ya llegamos tarde: las grandes tecnológicas saben prácticamente todo sobre nosotros. Y, en medio de este debate, surge una investigación que expone lo que muchos temían: los asistentes de inteligencia artificial para navegadores están accediendo a datos personales sin transparencia ni control.

Un estudio reciente realizado por expertos del University College London (UCL) y diversas universidades europeas acaba de encender las alarmas. Tras analizar los complementos de inteligencia artificial más populares instalados en navegadores como Chrome y Edge, los investigadores concluyeron que la mayoría recopila información sensible de los usuarios. Solo un asistente, Perplexity AI, quedó fuera de este cuestionamiento.

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El futuro de la regulación y la responsabilidad del usuario

Europa ha avanzado en los últimos años con normativas como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), pero los hallazgos del estudio sugieren que aún queda mucho camino por recorrer. La velocidad con que avanza la inteligencia artificial supera la capacidad de reacción de los legisladores, lo que deja a los usuarios en una situación de vulnerabilidad.

La doctora Mandalari insiste en que no podemos tomarnos este asunto a la ligera: los datos recopilados pueden acabar en manos de terceros sin escrúpulos, con consecuencias que van desde la publicidad invasiva hasta el fraude financiero.

Sin embargo, también existe una cuota de responsabilidad individual. Antes de instalar un complemento, conviene revisar las autorizaciones que solicita, investigar su reputación y preguntarse si realmente necesitamos esa herramienta.

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El panorama no es alentador, pero no todo está perdido. El caso de Perplexity AI demuestra que la innovación puede convivir con la ética, y que la inteligencia artificial no está condenada a convertirse en un sinónimo de vigilancia.

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