Dormir bien no es un lujo ni una costumbre secundaria. Es, en realidad, una necesidad vital que nos acompaña a lo largo de todas las etapas de la vida. Descansar no solo restaura el cuerpo y la mente, sino que también es la llave para mantenernos lúcidos, con energía y en equilibrio.
En los últimos años, la ciencia del sueño ha ganado un lugar protagónico en la investigación médica. La llamada medicina del sueño busca responder a una pregunta fundamental: ¿qué ocurre en nuestro organismo cuando no logramos dormir correctamente? Lastimosamente, las respuestas son cada vez más inquietantes.
5El futuro de la medicina del descanso

La pandemia de COVID-19 puso sobre la mesa un problema que ya se venía gestando: cada vez más personas experimentan trastornos del sueño. Ansiedad, exceso de pantallas y rutinas alteradas incrementaron el insomnio y los despertares nocturnos. En este contexto, la medicina del sueño ha cobrado un papel fundamental en la prevención de enfermedades futuras.
El doctor Cardinali advierte que más allá de contar las horas de descanso, lo que realmente importa es evaluar la calidad de la vigilia. Si una persona logra mantenerse atenta, con buena memoria y sin somnolencia diurna, es una señal clara de que ha descansado lo necesario.
Los especialistas coinciden en que los próximos años serán claves para entender aún más los procesos que ocurren en el cerebro mientras dormimos. Investigaciones sobre el flujo glinfático, encargado de limpiar desechos del sistema nervioso, ya están arrojando pistas valiosas sobre la relación entre descanso y enfermedades neurodegenerativas.