Nada se queda en reposo por mucho tiempo en el mundo de Valle Salvaje, y la historia, que lleva en estado de alta tensión a millones de espectadores, alcanza esta semana uno de sus cúlmenes más intensos con el episodio 236. La violencia, las traiciones y los secretos vuelven a atravesar la pantalla en un título que promete reconfigurar los vínculos de los personajes principales. En el valle, la tensión no da tregua, cada movimiento parece un chisporroteo de una llama que no se podrá dominar.
3JOSE LUIS FRENTE AL ESPEJO DE SUS PROPIOS FANTASMAS

El capítulo también tiene reservado un espacio muy relevante para el auténtico antagonista de la saga. José Luis, que ha estado manipulando con mano de hierro todas las cuerdas del valle, empieza a notar que su poder no es ya tan incuestionable. La amenaza de muerte a Rafael, lejos de infundir respeto, muestra una inquietud que no había visto en Tere hasta el momento.
Adriana se plantea como el contrincante más enérgico frente a él. Contesta fielmente, le explica que el terreno donde ha construido su imperio no le ha pertenecido nunca y, lo que es todavía más grave, le lanza a la cara un secreto que podría hacerle caer en la más absoluta desesperación. Esa pelea es el punto de partida de un cambio de paradigma: el miedo no paraliza a todo el mundo.
La aparición de Úrsula comporta una continuidad de la historia muy importante. Mientras que el resto intentan enfrentarse al temor que les inyecta el poder de José Luis, Úrsula sigue manipulando a julio, a quien mantiene en una red de engaños que lo confieren todavía más confusión. El poder en Valle Salvaje no solo se remite a la violencia física, sino a la sutileza de las trampas emocionales.