La sensación de dormir en un hotel de Canarias es casi un recuerdo universal: esa cama que te abraza, te acoge y te hace prometerte a ti mismo que vas a replicarla en casa. Nos pasamos las vacaciones disfrutando de un descanso que parece inalcanzable en nuestro propio dormitorio, atribuyéndolo a la magia del lugar. Pero la realidad es que el secreto no reside en un colchón carísimo, sino en una combinación de elementos asequibles. ¿Y si pudieras tener ese mismo lujo cada noche?
Esa nube en la que te hundes al final de un día de playa no es fruto de la casualidad ni de una tecnología de la NASA. Es el resultado de un método, de una serie de trucos perfeccionados durante décadas en la hostelería para garantizar el máximo confort. Tras hablar con una experta, ahora sabemos que una gobernanta de hotel con una década de experiencia nos desvela sus trucos, y son más sencillos y económicos de lo que jamás habrías imaginado.
1EL SECRETO NO ESTÁ DEBAJO, SINO ENCIMA

La primera idea que nos viene a la cabeza es que el confort se debe a un colchón de miles de euros, una inversión inasumible para la mayoría. Sin embargo, los hoteles buscan soluciones duraderas y, sobre todo, replicables. La verdadera magia no está en los muelles, sino en lo que visten por encima, porque la clave está en las capas que se añaden sobre el colchón para crear esa sensación de ingravidez. Es un sistema pensado para aislarte y ofrecerte un confort superior.
Este método convierte cualquier colchón de gama media en una experiencia de cinco estrellas. Se trata de crear una barrera de suavidad que amortigua y acoge el cuerpo, independientemente de la firmeza de la base. Esta es una práctica estándar en los mejores establecimientos de Canarias, donde es un sistema multicapa diseñado para aislar de los muelles y aportar un confort extra, protegiendo además la vida útil del propio colchón.