Tres años después de la mediática separación de Shakira y Gerard Piqué, la expareja ha dado un nuevo paso en la reestructuración de su patrimonio común. La venta de una de las viviendas que compartieron en Esplugues de Llobregat, por algo más de tres millones de euros, marca un momento significativo en la desvinculación patrimonial que ambos vienen atravesando desde 2022.
El inmueble vendido de Shakira y Piqué forma parte de un exclusivo complejo que en su día fue concebido como un refugio familiar de largo plazo. Sin embargo, la ruptura y los distintos rumbos de vida terminaron por convertirlo en un símbolo de lo que quedó inconcluso. La operación, confirmada por diversas fuentes, no estuvo exenta de tensiones y revela una vez más el trasfondo emocional y económico que sigue marcando la historia de la cantante colombiana y el exfutbolista.
4Vidas en paralelo: Miami y Barcelona como nuevos escenarios

Más allá de las operaciones inmobiliarias, la vida de Shakira y Piqué se ha bifurcado en direcciones opuestas. La cantante se instaló en Miami hace dos años junto a sus hijos. Allí retomó su carrera musical con renovada fuerza, consolidando su papel como referente internacional. Sus letras, cargadas de alusiones a su separación, no solo han sido éxitos globales, sino que también funcionaron como una catarsis personal.
Piqué, por su parte, continúa en Barcelona al frente de su empresa Kosmos. El exdefensor del Barça viaja con frecuencia a Estados Unidos para cumplir con el acuerdo de custodia compartida, pero su centro de operaciones sigue estando en Cataluña. La nueva etapa de su vida junto a Clara Chía ha ocupado titulares, aunque él se ha mostrado reacio a dar declaraciones públicas sobre su vida privada.
La distancia geográfica y emocional es evidente. Miami se ha convertido en el escenario de los nuevos proyectos de Shakira, mientras que Barcelona sigue siendo el terreno de Piqué, dividido entre los negocios, la familia y los recuerdos de un pasado en común.