Tres años después de la mediática separación de Shakira y Gerard Piqué, la expareja ha dado un nuevo paso en la reestructuración de su patrimonio común. La venta de una de las viviendas que compartieron en Esplugues de Llobregat, por algo más de tres millones de euros, marca un momento significativo en la desvinculación patrimonial que ambos vienen atravesando desde 2022.
El inmueble vendido de Shakira y Piqué forma parte de un exclusivo complejo que en su día fue concebido como un refugio familiar de largo plazo. Sin embargo, la ruptura y los distintos rumbos de vida terminaron por convertirlo en un símbolo de lo que quedó inconcluso. La operación, confirmada por diversas fuentes, no estuvo exenta de tensiones y revela una vez más el trasfondo emocional y económico que sigue marcando la historia de la cantante colombiana y el exfutbolista.
2La negociación: entre la firmeza de Shakira y la prisa de Piqué

La venta de una de las casas no fue sencilla. Según fuentes cercanas, Shakira insistió en mantener un precio elevado, llegando a pedir hasta 12 millones de euros por el inmueble, mientras que Piqué presionaba para cerrar la operación lo antes posible, dispuesto a aceptar ofertas entre 6 y 10 millones.
La diferencia en las posturas alargó el proceso y generó tensiones. Según trascendió, la artista colombiana veía en la propiedad no solo su valor de mercado, sino también el peso emocional de un hogar en el que había proyectado parte de su vida. El exfutbolista del Fc Barcelona y Manchester United, en cambio, buscaba liquidar activos con rapidez, en parte para reorganizar su vida junto a su actual pareja, Clara Chía, y poder instalarse en una nueva residencia.
Finalmente, el acuerdo se cerró en algo más de tres millones de euros, una cifra que fuentes inmobiliarias calificaron de ajustada para la zona, aunque reconocieron que el precio inicialmente exigido por Shakira era difícil de alcanzar incluso en un mercado exclusivo como el de Esplugues.