Pocas decisiones de compra en el hogar crean tanta incertidumbre como la compra de una lavadora. Este electrodoméstico, presente en casi todos los hogares de las personas y del que no se puede prescindir en la vida moderna, presenta dificultades a la hora de elegirla; aquí entra en juego, por el precio, la capacidad, el consumo y, muy por encima, la durabilidad. El juego de la oferta y la demanda hace que se disponga en el mercado de un número esencial de modelos; ello hace que el consumidor tienda a elegir el modelo más barato, sin pensar que un precio muy bajo puede suponer averías durante mucho tiempo y que ese modelo llega a costar.
1LA IMPORTANCIA DE LA FIABILIDAD EN UN ELECTRODOMÉSTICO ESENCIAL

Cuando recordamos un hogar sin lavadora, la primera idea que acude a nuestra mente es la de una situación de completo desorden. Lavar a mano, a estas alturas del siglo XXI, sería francamente impensable para la mayor parte de las familias. De ahí que la confiabilidad de este electrodoméstico no sea una cuestión de comodidad, sino que atañe a la organización diaria.
Si hace unos años con una lavadora se podían alcanzar cifras superiores a los 20 años de servicio, hoy en día se sitúan entre los 10 y los 15 años. Justamente este descenso es igualmente consecuencia de la obsolescencia programada y del escaso mantenimiento que reciben por parte de los usuarios. Esos datos obtenidos por la OCU son nada menos que el fruto de la experiencia real.
Miles de usuarios contestan encuestas complejas sobre el tiempo que les ha aguantado su lavadora y las incidencias que han sufrido en el transcurso de la misma. Aquella información acaba por transformarse en un » índice de confiabilidad » que permite comparar marcas y hacerlo basándose en criterios objetivos. El resultado no deja lugar a la duda; no todas las lavadoras aguanta el mismo ritmo de trabajo.