martes, 19 agosto 2025

La crisis de Telecinco abona el anodino verano televisivo de 2025

La débil parrilla veraniega de Telecinco podría ser un síntoma claro de que la caída del consumo y de la recaudación publicitaria en la televisión en abierto va a empezar a tener consecuencias visibles en los principales canales. Esta situación económica afecta a todos, aunque no se note tanto en el caso de Antena 3, que cuenta con una parrilla muy estructurada y organizada en torno a varios baluartes sólidos que lideran incluso cuando emiten repeticiones, como es el caso de ‘El Hormiguero’ o ‘Cocina abierta de Karlos Arguiñano’.

Tampoco parece afectar demasiado a La 1, que dispone de un notable presupuesto gracias a la contribución directa del Gobierno, lo que le permite mantener una programación más competitiva y también le permite contar con ‘planes b’ si sus principales apuestas fracasan, véase ‘La familia de la tele’.

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Es cierto que a las televisiones tan masacradas durante décadas se han convertido en santas viendo la basura que se propaga por la red. En la plataforma Kick uno de los canales estrella es Zona Gemelos, controlado por un joven Carlos Ramos que emula a Xavier Sardà al guionizar a juguetes rotos.

Ramos, que tutela una tertulia llamada ‘Teléfono rojo’, es capaz de exprimir el lamentable estado de salud física y mental del economista Simón Pérez, convertido en un macabro mono de feria gracias al suicidio a cámara lenta que protagoniza en directo mientras desalmados le financian las drogas.

Esta deshumanización de algunos se advierte en la carta de naturaleza que se le da al genocidio perpetrado por Israel: más de 60.000 asesinatos en Gaza sin que el PP de Madrid ni Vox a nivel nacional hayan sido capaces, a estas horas, de condenarlos.

Este 2025 ha sido el verano de olas de calor, incendios, tertulias políticas sobre el caso Koldo, fiestas populares ambientadas por el facherío con el «Pedro Sánchez, hijo de puta» (a ver si no se les atraganta como el «¡Que te vote Txapote!» de 2023) y también expansión de la Inteligencia Artificial, que tiene versiones gratuitas para comerse los datos y patrones; destrozar el mercado laboral, tal y como lo conocemos; y crear una dependencia tecnológica irreversible que tenga un coste en autonomía, pensamiento crítico y privacidad del usuario.

La IA, saludable en muchos campos, se ha convertido en profesor, dietista y, sobre todo, paño de lágrimas. Y también puede transformarse en el nuevo gran editor de prensa tras tres décadas de hegemonía predadora de Google, que sigue sin castigar el clickbait y continúa cambiando el algoritmo a su antojo.

Seguramente que ha fantaseado con escenarios posapocalípticos generados por la IA el bueno de Nacho Vigalondo, que se ha pasado de frenada surrealista en su revisión del tamarismo. La tierna, lynchiana y recomendable ‘Superestar’ cuenta con elementos notables, pero podría haber pegado más fuerte sin tanto artificio.

Netflix Merca2.es
‘Superestar’ se ha estrenado este verano. Foto: Netflix.

Netflix, que ha apostado fuerte por la serie producida por los Javis, ha jugado la carta de la nostalgia que tan bien les funcionó a las plataformas, ella incluida, en el estío de 2019. Hace seis años, Netflix marcó el ritmo con ‘El crimen de Alcàsser’ y HBO hizo lo propio con la semblanza sobre Jesús Gil, ‘El Pionero’.

En este verano también se ha advertido la consolidación del poderío de José Pablo López al frente de RTVE. El presidente de la Corporación pública celebra los datos de audiencia de La 1, no es para menos, pero es una tragedia que los partidos políticos le dejen orientar el primer canal a los intereses del Gobierno, regar de forma obscena a Mediapro con millonarios contratos y, pese a la crisis reputacional que supuso la filtración de unas oposiciones por parte de un gran sindicato, colocar a muchos de sus amigos que trabajaron para él en Trece y Telemadrid.

Comisiones Obreras acusa a López de teledirigir un concurso en favor de su amigo Felipe del Campo y otros advierten con pesar cómo se ha echado a escobazos del ‘Telediario matinal’ a Sirún Demirjian, pese a su gran trabajo, porque hay que hacerle hueco a una de las protegidas de José Miguel Contreras, Lorena Baeza, que el pasado año abandonó La Sexta a instancias del productor para impulsar El País TV, y cuando hace unos meses se vinieron mal dadas, la berciana fue enchufada como redactora de ‘La hora de La 1’. Para algunas voces progresistas, la manipulación y el amiguismo que se advierte en RTVE la coloca al nivel de otras Corporaciones controladas por el Partido Popular, véase Telemadrid.

Estas obscenidades son asimiladas por muchos demócratas como malmenorismo ante la ola trumpista, neofascista y tecnomedieval que domina el mundo. Y es que para muchos Sánchez, con sus bailes ideológicos, sus contradicciones y su miopía al avalar a José Luis Ábalos y Santos Cerdán, sigue siendo un líder saludable en contraposición con ciertos personajes que lo atacan. Es el caso del ultraderechista Dani Esteve, de Desokupa, que llama a una insurrección militar. ¡Qué país!


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