Siempre que llega la campaña de la renta me pasa lo mismo: me entra la duda de si como pensionista tengo algún beneficio extra o si Hacienda me va a tratar como a cualquier otro contribuyente. Al final uno descubre que, aunque no siempre se anuncie a bombo y platillo, sí existen deducciones y ayudas pensadas para los jubilados que pueden suponer un buen ahorro. Y créeme, con la pensión ajustada, cualquier euro cuenta.
Mínimos personales y familiares
Lo primero que aprendí es que los pensionistas tenemos derecho a un mínimo personal en el IRPF que reduce la base imponible. No es un “regalo” en metálico, pero sí significa pagar menos impuestos. Además, si todavía tienes hijos menores de 25 años a cargo o familiares dependientes, también puedes sumar mínimos familiares. A mí me sorprendió, porque muchas veces pensamos que al jubilarnos ya no entramos en estas casillas… y sí, entramos.
Deducción por vivienda habitual
Otro tema interesante: si compraste tu vivienda antes de 2013, aún puedes aplicar la deducción por inversión en vivienda habitual. Yo mismo la sigo aplicando y cada año me alivia un poco la declaración. No es la panacea, pero es mejor que nada. Es curioso cómo una norma que parecía desaparecer sigue beneficiando a quienes ya estábamos dentro del sistema.
Reducciones por edad
Con el tiempo descubrí también que la edad cuenta. A partir de los 65 años, existen ciertos beneficios fiscales, sobre todo si decides vender tu vivienda habitual. Imagina vender tu casa y no tener que pagar por la ganancia patrimonial: un respiro enorme. Yo no me lo creía hasta que lo confirmé con un asesor.
Planes de pensiones rescatados
Otro punto clave: los planes de pensiones. Cuando empiezas a rescatarlos, la tributación puede variar. Es verdad que tributan como rendimiento del trabajo, pero si lo haces poco a poco, en lugar de todo de golpe, puedes evitar saltar de tramo y pagar más de lo necesario. Es de esas cosas que uno aprende a base de preguntar mucho, porque la letra pequeña no la explican en ningún lado.
Ayudas autonómicas y municipales
Aquí entra la parte más desconocida. Además de lo estatal, cada comunidad autónoma y muchos ayuntamientos ofrecen deducciones y ayudas específicas para pensionistas: desde bonificaciones en el IBI hasta descuentos en transporte, pasando por ayudas para reformas en casa (piensa en accesibilidad o eficiencia energética). Yo mismo descubrí tarde que en mi ciudad tenía derecho a pagar menos por el abono de transporte… después de haber estado soltando el importe entero durante meses.
Gastos médicos y dependencia
Algunos territorios permiten desgravar gastos médicos no cubiertos por la Seguridad Social o por seguros privados. Aquí conviene guardar facturas: gafas, audífonos, prótesis… todo suma. También, si tienes reconocida una situación de dependencia, existen deducciones especiales. En mi caso, cuando acompañé a un familiar en este proceso, me di cuenta de lo importante que era no perder ninguna factura.