domingo, 17 agosto 2025

La deuda que amenaza a Talgo: cómo la renegociación podría ser la clave para su recuperación

La crisis de Talgo se prolonga sin solución a la vista. Aunque la empresa avanza en nuevas entregas en Europa y firma acuerdos importantes, la renegociación de esa deuda es imprescindible para encontrar un socio industrial que impulse su recuperación y asegure el futuro.

La crisis de Talgo se sigue alargando. El fabricante español no solo no ha podido cerrar el acuerdo con el consorcio empresarial encabezado por Sidenor y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) para que estos se hagan con las acciones de la empresa que controla Trilantic, un 29,7%, sino que su deuda con Renfe, nacida de una sanción de más de 100 millones de euros aplicada por el operador público por la entrega tardía de los Avril que operan en la ruta gallega, sigue arrastrándolos a los números negativos cada vez que presentan resultados. 

La realidad, difícil de ignorar, es que esta deuda es uno de los principales problemas para llevar a cabo la compra. Con una homologación que ha permitido acelerar sus entregas pendientes en Alemania y Dinamarca, donde sus modelos para larga distancia Talgo 230 empezarán a operar antes del fin de año, sumado a un nuevo acuerdo con FlixTrain, la empresa sigue avanzando en otras entregas de pedidos, aunque sigue evidenciándose la necesidad de un socio industrial que acelere los procesos, algo que ni la propia Talgo, ni el Gobierno nacional han conseguido hasta ahora.

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Pero para buscar este socio debe cerrarse el acuerdo con Sidenor, y para eso debe revisarse la forma de pago de la deuda que encabeza la sanción con Renfe. Por motivos legales no es posible eliminarla, así lo ha dejado claro el ministro de Transporte y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, por lo que es necesario replantear la forma de pago. Se suma una cartera de pedidos por un valor de 6.000 millones de euros, que también conllevan una serie importante de riesgos en caso de que se replantee su entrega. 

SIDENOR SALTARÍA A UN NEGOCIO EN CRECIMIENTO

En cualquier caso, incluso con las dudas, Sidenor, la empresa siderúrgica que dirige José Antonio Jainaga, sigue atenta de adquirir Talgo. El apoyo de la SEPI ha sido clave para despejar algunas de las dudas de la empresa vasca, que hasta ahora se ha especializado en el sector del automovil, pero puede ser un buen momento para entrar en el mundo del tren. La apuesta europea es que el ferrocarril de alta velocidad sea el transporte principal para los viajes a larga distancia, pues es considerado más sostenible que el avión y que los vehículos particulares. 

Acuerdo de Talgo y Pesa. Fuente: Agencias
Acuerdo de Talgo y Pesa. Fuente: Agencias

Se suma, por supuesto, que la liberalización de la alta velocidad en España hace del «know how» de Talgo especialmente valioso. La empresa es la dueña de la patente del único tren de alta velocidad que funciona en las líneas de ancho variable, como las que conectan Madrid y Galicia, por lo que sus Avril siguen siendo a día de hoy la principal opción de Ouigo e Iryo, o cualquier competidor, para eventualmente operar en estas rutas. 

Son motivos que permiten ignorar otros problemas que ha generado la deuda del fabricante. Es que desde que se hizo la oferta por parte de los de Jainaga el valor de la acción de Talgo ha pasado de 4,30 euros a los 2,88, lo que se traduce en una perdida de valor de 28,48% en el último año. Dado que la oferta por el porcentaje de Trilantic es de 4,25 euros, es normal que antes de la aparición de la SEPI en el tablero hubiese dudas reales sobre si la oferta de Sidenor seguía siendo viable.

La apuesta, al final del día, es que a pesar de sus problemas actuales, las ventajas competitivas de Talgo sirvan para salir rápidamente de la crisis una vez que mejore su capacidad industrial. 

LOS DEMÁS INTERESADOS EN TALGO ESPERAN QUE SE DESCARRILE EL ACUERDO

De todos modos, el fabricante no sufre por la falta de pretendientes internacionales. El veto a la opción de la opa húngara, que se escudaba no solo en el valor estratégico de Talgo, sino en las supuestas conexiones de Magyar Vagon con el gobierno de Viktor Orbán, y la confesa simpatia de este por Vladímir Putin, no ha hecho que otras empresas internacionales se alejen, y, por el contrario, dos de ellas ven con buenos ojos la posibilidad de hacerse con el fabricante de trenes, aunque no harán ningún movimiento mientras la oferta de Sidenor siga sobre la mesa. 

La primera es la polaca Pesa, de la mano del ‘Polish Development Fund’s Capital Group (PFR)’, algo así como la SEPI polaca, y la segunda es la india Jupiter Wagons. El problema, en ambos casos, no es solo el deseo de proteger la españolidad de Talgo sino que cualquier oferta real que hagan, sea una opa o simplemente adquirir las acciones de Trilantic, se acercará más al precio actual de la acción que a lo ofrecido por el consorcio vasco. 


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