Soy muy pocas las figuras de la realeza europea que han vivido una trayectoria tan marcada por los contrastes como la infanta Cristina, hermana de Felipe IV. Desde su nacimiento, rodeado de expectativas que no se cumplieron, hasta los escándalos judiciales y su actual vida lejos de España, la suya es una historia de ascensos y caídas, de privilegios y renuncias.
La periodista y experta en Casas Reales, Héloïse Broseta, lo resume con contundencia: “Felipe decidió desterrar a su hermana”. Una frase que no solo encierra un conflicto familiar y una problemática relación con la infanta Cristina, sino el reflejo de una década en la que la monarquía española intentó blindarse de polémicas, aun a costa de sus propios miembros.
6Un destino marcado por la historia y las decisiones familiares

La historia de la infanta Cristina es la de una princesa que, sin corona, ha conocido tanto el brillo de los salones oficiales como la dureza del exilio voluntario. Entre el peso de su apellido, las decisiones políticas de su hermano y los desaciertos cometidos en su vida personal, su trayectoria se ha convertido en un relato de aprendizaje forzado.
Hoy, lejos de los focos, parece decidida a reconstruir su vida con un perfil bajo, aferrada al apoyo de sus hijos y de un círculo reducido de amistades. Y aunque su nombre ya no figure en la agenda oficial de la Casa Real, la infanta Cristina sigue siendo, para muchos, un símbolo complejo de la monarquía española: una mujer que vivió entre privilegios y renuncias, y que ahora enfrenta el reto de reinventarse fuera de palacio.