domingo, 17 agosto 2025

El desgaste en baterías de coches eléctricos sube en otoño: un mecánico explica cómo protegerlas gratis

Con la llegada del otoño, muchos propietarios de un coche eléctrico empiezan a notar algo extraño: la autonomía parece desvanecerse más rápido, como si la batería envejeciera de golpe. Es una preocupación lógica, porque el frío repentino es el principal enemigo silencioso de la autonomía de la batería, y ver cómo los kilómetros se esfuman del marcador puede generar una ansiedad muy real. ¿Está la batería a punto de romperse? ¿Nos enfrentamos a una avería carísima justo cuando empiezan a caer las hojas? La respuesta, por suerte, es mucho más sencilla y menos alarmante de lo que parece.

Pero lo que la mayoría de conductores no sabe es que este fenómeno es completamente normal y, lo más importante, previsible y evitable. No es un defecto de fabricación ni una señal de que tu vehículo eléctrico esté fallando. La buena noticia, según confirman los que más saben del tema, es que la clave para evitarlo no implica pasar por el taller ni gastar dinero, sino cambiar un par de hábitos que protegen el corazón de tu vehículo. Comprender por qué ocurre es el primer paso para que el frío deje de ser una amenaza y se convierta en una simple circunstancia del viaje.

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EL FRÍO, ESE ENEMIGO SILENCIOSO DE TU BATERÍA

Fuente Freepik

Para entender qué le pasa a la batería de tu coche eléctrico cuando bajan las temperaturas, no hay que ser ingeniero, solo hay que pensar en la química. Las baterías de iones de litio, como las que montan la mayoría de los vehículos actuales, funcionan gracias a un flujo de iones entre el ánodo y el cátodo. El problema de fondo es pura química, ya que las bajas temperaturas ralentizan las reacciones químicas dentro de las celdas de la batería, haciéndola menos eficiente tanto para entregar energía como para recibirla. Es como si a los iones les costara más moverse, como si se volvieran más perezosos.

Esta «pereza» química tiene dos consecuencias directas y muy notables para el conductor. La primera, una reducción de la autonomía disponible, que puede llegar a ser de hasta un 20% o más en los días más fríos. La segunda, una velocidad de carga más lenta, sobre todo en los supercargadores rápidos. No es que tu automóvil a baterías esté estropeado. Simplemente, su corazón energético está trabajando en unas condiciones que no son las óptimas. El sistema de gestión de la batería (BMS) limita la potencia para protegerla de posibles daños, una medida de seguridad que notamos en el rendimiento general.

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