En lo que respecta a la moda laboral, pocas ideas han generado tanto debate como el famoso “uniforme” de Steve Jobs. Durante años, el fundador de Apple apostó por una fórmula simple: pantalón vaquero, camiseta negra de cuello alto y zapatillas deportivas. Una elección que no respondía a capricho, sino a una filosofía clara: reducir la fatiga de decisiones para concentrar toda su energía en la creatividad.
Hoy, esa forma de vestir minimalista resurge con fuerza entre la generación Z. En un entorno profesional marcado por la incertidumbre, el “look Steve Jobs” se está transformando en una estrategia personal que combina practicidad, profesionalismo y, para muchos, un guiño consciente al legado de Apple.
3El impacto de la pandemia y el regreso a la oficina

La pandemia cambió las reglas. Muchos jóvenes de la generación Z comenzaron a trabajar en entornos híbridos o remotos, sin apenas pisar una oficina. Esto redujo su exposición a códigos de vestimenta tradicionales y, cuando llegó la orden de volver a trabajar de forma presencial, surgió el dilema: ¿cómo vestir para un entorno que apenas conocen?
Ahí, el concepto de uniforme se volvió una solución. Jobs lo adoptó en Apple para liberar su mente; los jóvenes, para simplificar un mundo profesional lleno de cambios. La previsibilidad de un atuendo repetido ofrece calma y ahorra tiempo, un valor que, como bien sabía Apple, es tan importante como cualquier recurso material.