La historia de Sueños de libertad avanza hacia un lugar en que las certezas se desvanecen y las emociones son más intensas que nunca. Los personajes, ahogados en sus propias emociones y en las emociones de su entorno, tienen que enfrentarse a decisiones que podrán cambiar su vida. Cada escena de este capítulo debe remover las emociones del espectador, mostrando verdades incómodas o dejando preguntas sin respuesta. Nos encontramos en un punto de inflexión, el despertar de Begoña junto a Gabriel.
1UNA NOCHE QUE LO CAMBIA TODO EN SUEÑOS DE LIBERTAD

Begoña y Gabriel han emprendido una senda en la que ambos tienen las expectativas puestas, pero nadie de los dos tiene claro cómo proceder. Después de la primera noche compartida, la conexión parece concluyente, hasta que las dudas comienzan a deslizarse entre los dos.
El día que debería ser perfecto se convierte en el día que plantea las preguntas que nunca se había hecho. Gabriel, que sabe que si los sentimientos de Begoña no están claros, en su sabiduría a de hombre, apuesta por la distancia, esperando a que ella tome la decisión que le permita aclarar qué quiere de él. El gesto del abogado es a la vez doloroso y comprensivo.
Sabe que en ocasiones la rápida resolución es la enemiga del amor que intenta llevarse, y no quiere ganar en las distancias antes que perder. El paso que decide dar hacia atrás es mucho más un paso emprendido estratégicamente para no perderla que el justo que la distancia impide. Por su parte, Begoña recurrirá a su amiga Luz para hacer un tormento de la incomprensión. La doctora la escucha y la aconseja que se enfrente al miedo que siente, le recuerda que, a veces, apostar por el amor es la única manera de conseguir saber la verdad sobre uno mismo.