En un país que ha visto como el precio de la cesta de la compra se ha disparado, cada euro cuenta. En tan solo dos años el coste de los productos básicos ha aumentado un 30,8%, un dato que da cuenta del porqué los hogares comparan precios antes de llenar la nevera. El último informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) reitera que elegir bien el supermercado no es ya un gesto más de consumo, sino una estrategia de ahorro familiar.
3ESTRATEGIAS PARA MAXIMIZAR EL AHORRO

Elegir el supermercado idóneo es solo la primera parte de la ecuación. La OCU advierte que, la planificación es clave para que el cambio llegue a percibirse realmente en el bolsillo. Aunque la comparación de precios antes de salir de casa es un hábito básico de consumo, hoy en día la mayoría de las grandes cadenas lanzan sus ofertas semanales a través de sus páginas web o de sus apps, de modo que el consumidor decide de antemano dónde comprar tal o cual producto.
Otra buena táctica es apostar por las marcas blancas según «LA OCU». En la mayor parte de las ocasiones, el precio de, las marcas blancas es muy inferior al de las marcas líderes, sin que la calidad de los productos sea muy diferente o, incluso, muchas veces igual. Productos básicos como la leche, el arroz o las galletas suponen ahorros inmediatos.
También según «La OCU», para los consumidores que tienen muchos supermercados en las inmediaciones, combinar las compras en las diferentes cadenas abarata los productos, aunque estas combinaciones suelen requerir algo más de tiempo y organización.
Por último, algo tan simple como no ir al supermercado teniendo hambre puede ser la solución para que no haya compras compulsivas y, por lo tanto, más pérdidas económicas.