España vive uno de los veranos más intensos de los últimos años. El calor se ha instalado en cada rincón del país, desde las soleadas costas mediterráneas hasta las llanuras castellanas, y todo indica que no tiene intención de irse pronto, según informó la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Ni siquiera el tradicional cambio de tiempo del 15 de agosto parece estar en el horizonte este año.
En este contexto, la AEMET, a través de su portavoz José Luis Camacho, ha advertido que la segunda quincena del mes de agosto seguirá por encima de los valores habituales. Una noticia que confirma lo que muchos ya sienten en su día a día: el verano de 2025 está siendo largo, duro y persistente.
2Un país en alerta constante

Desde finales de julio, buena parte del territorio español se ha mantenido bajo avisos por temperaturas extremas. Los colores amarillos, naranjas y rojos en el mapa de alertas de la AEMET se han vuelto una estampa diaria en los informativos.
Este escenario no solo afecta a la salud, especialmente de personas mayores y niños, sino que también repercute en sectores como la agricultura, el turismo y el consumo energético. Los campos de cultivo requieren más riego, los turistas adaptan sus horarios para evitar el sol y las ciudades ven incrementarse la demanda eléctrica por el uso continuo de aire acondicionado y ventiladores.
La AEMET insiste en que no se trata de una casualidad, sino de un patrón climático cada vez más frecuente. Aunque agosto es, por naturaleza, un mes de contrastes, este año el alivio térmico parece estar lejos de llegar. Ni las noches refrescan lo suficiente ni las brisas costeras logran contrarrestar el efecto de las masas de aire caliente que cubren gran parte del país.