domingo, 17 agosto 2025

Guardia Civil alerta sobre la WiFi pública más peligrosa de España: consejos para proteger tus datos

La comodidad de una red WiFi gratuita en una cafetería o un aeropuerto esconde un peligro que la mayoría desconoce por completo. Te conectas para mirar el correo o las redes sociales y, sin que te des cuenta, un desconocido puede estar leyendo tus mensajes privados en tiempo real, una vulnerabilidad inherente a casi cualquier conexión inalámbrica pública que no esté protegida. Lo peor es que no necesitas ser un objetivo importante ni una celebridad; basta con ser un usuario confiado que busca un respiro en su tarifa de datos. La trampa es sutil, silenciosa y, como hemos podido comprobar, terriblemente efectiva. ¿Crees que a ti no te pasaría?

La demostración de cómo vulnerar una red WiFi en directo fue escalofriante y nos dejó con una sensación de vértigo digital difícil de olvidar. El experto en ciberseguridad, con solo un teléfono móvil y un pequeño dispositivo en el bolsillo, tardó menos de un minuto en ejecutar el ataque, y el hacker clonó la red del local y en menos de un minuto tenía acceso a las contraseñas guardadas en el móvil de la víctima, todo gracias a la confianza ciega en ese punto de acceso gratuito que prometía internet sin coste. Verlo en acción cambia para siempre la forma en que miras esa pequeña icona de la cobertura en tu pantalla. Es un riesgo real que ignoramos cada día.

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UN SIMPLE GESTO PARA BLINDAR TU VIDA DIGITAL PARA SIEMPRE

Fuente Freepik

Este pequeño gesto de activar la VPN antes de conectarte a un WiFi desconocido debería ser un acto reflejo, tan automático como ponerte el cinturón de seguridad al subir al coche o cerrar la puerta de casa con llave al salir. No se trata de caer en la paranoia, sino de aplicar una capa de higiene digital básica en un mundo donde nuestra vida entera, nuestros secretos, recuerdos y finanzas, está volcada en nuestros dispositivos móviles y portátiles. Ignorar estos riesgos ya no es una opción, es una imprudencia que puede salirnos muy, muy cara.

La próxima vez que estés en un hotel, una biblioteca o una estación de tren, tentado por esa prometedora y brillante señal de WiFi gratuita, acuérdate de la demostración del hacker y de su escalofriante facilidad para destrozar la privacidad de alguien. Acuérdate de que con solo dos toques en la pantalla puedes levantar un muro digital infranqueable que te proteja de miradas indiscretas. Al final, la seguridad no consiste en dejar de vivir o de usar la tecnología, sino en usarla de forma inteligente, porque la mejor defensa es siempre la que se anticipa al ataque, convirtiendo cualquier conexión inalámbrica en una fortaleza privada e inexpugnable.

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