La concreción de la última entrega de Sueños de Libertad ha sido un total torbellino emocional para sus personajes, por extensión también para los espectadores que a través de cada transformación de la trama siguen esta historia. El episodio del miércoles dejó entrever que las decisiones de aquellas personas impetuosas pueden transformar todo, pero también que debajo de cada impulso oculto hay todo un recorrido de miedos, de acuerdos rotos y de verdades que comienzan a salir a la superficie. Lo que en un principio parecía el último capítulo de transición pasó a ser la cadena de acontecimientos vividos por los protagonistas y que fueron poniendo tensión en cada relación, ya fuese de negocios o íntima.
1ESTRATEGIAS, TRAICIONES Y VERDADES INCÓMODAS

Gabriel, decidido a poner en marcha su denuncia contra Brossard, ha terminado por cosechar más enemigos que aliados. Y si bien la multinacional gala no ve con buenos ojos su plan, él lo da a conocer como una estrategia magistral para reforzar su posición en Perfumerías De la Reina.
Es una jugada de alto riesgo porque no solo se juega su reputación sino el quebrado equilibrio empresarial que termina de prendar gran parte de la historia. Las tiras y afloja entre lo que se tiene que hacer y lo que le conviene hacer queda reflejado en cada una de sus palabras. A su vez, Pedro se dedica de lo lindo a plantar cara a Damián. Está convencido de que este último tiene que ver con la misteriosa reaparición de José Gutiérrez y le avisa de que no tolerará a que nada ni nadie se distancie a su hermana de él.
La escena, con la tensión por las nubes, se ve interrumpida por un recordatorio cruel: la enfermedad de Pedro vuelve a ser noticia, golpeando no solo su cuerpo sino la cabeza de un Damián que, por primera vez en mucho tiempo, se muestra verdaderamente vulnerable. En cuanto a Gabriel, en un tono más diplomático, comparte con María su satisfacción por el gesto de Andrés, quien se disculpó, y a la vez aprovecha para ir haciendo los pasos de forma pública.