jueves, 14 agosto 2025

‘La Promesa’ desvela el asalto militar al palacio: arrestan a Lorenzo en plena ceremonia​

La novela de época cotidiana de las tardes españolas ha vuelto a dar muestras de cómo ha hecho de su trama un enganche para miles de telespectadores. Esta semana, La promesa se ha configurado como un auténtico torbellino de emociones, de giros inesperados, y de tensiones a flor de piel en los momentos más inadecuados. El arresto de Lorenzo por parte de los militares ha hecho temblar los cimientos del palacio y ha dejado claro que, a pesar de que este es un lugar aparentemente seguro, en él no hay lugar para las intrigas. Entre secretos destapados, romances prohibidos y alianzas estratégicas, todos los personajes han tenido que tomar decisiones que marcan un antes y un después.

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EL DELICADO EQUILIBRIO ENTRE NEGOCIOS Y EMOCIONES

EL DELICADO EQUILIBRIO ENTRE NEGOCIOS Y EMOCIONES
Fuente: RTVE

En medio de este torbellino narrativo se encuentra Manuel, un joven que, a pesar de su naturaleza resiliente por tradición, transita uno de los momentos más inciertos de su existencia. Su negocio, orgullo familiar y legado, depende del hilo de una aguja a causa de situaciones que, a pesar de que intenta, no logra controlar del todo. La posición equívoca de Leocadia virtuoso: Han adquirido una pesada carga que puede ser la que incline la bofetá la ida/colapso de la misma historia.

Y mientras se desarrolla el tema que alimenta este texto en «La Promesa», no puede evitar que su mirada se detenga en la relación que mantienen Toño y Enora, los cuales parecen que, con tranquilidad y un pequeño toque de pasión, transitan en un mundo aparte, ajenos a los acontecimientos que agitan el palacio. La aparente felicidad de esta pareja contrasta con la tensión que se respira en las esquinas de la casa que alimentan celos e intercambios de murmullos.

La intriga se hace más intensa cuando María Fernández descubre una información que puede dar al traste con esta relación de amistad: Toño está casado. Este hecho, avisado a sus compañeras con la suficiente celeridad para provocar el efecto de un explosivo detonador, arranca de forma vertiginosa otro cotilleo que pronto comienza a extenderse, tal y como corresponde a la intriga servil, por las dependencias de la servidumbre.

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