sábado, 16 agosto 2025

GB de regalo en tu móvil que no son gratis: el truco de las compañías para subir tu factura

La era de los móviles ha desatado una competencia tan encarnizada entre las operadoras de telefonía que las ofertas se han convertido en el pan de cada día para captar nuevos clientes. Recibimos constantes bombardeos publicitarios que nos prometen más por menos, con los gigabytes de regalo como la joya de la corona de estas estrategias comerciales. El reclamo es poderoso y apela directamente a nuestra percepción de estar obteniendo una ventaja única, un chollo irrechazable en un mercado saturado. Sin embargo, detrás de esa generosidad aparente se esconde, en muchas ocasiones, una estrategia meticulosamente diseñada para que nuestra factura mensual acabe siendo más abultada de lo que habíamos previsto inicialmente, una realidad que miles de usuarios descubren cuando ya es demasiado tarde para dar marcha atrás.

Esta práctica, lejos de ser un hecho aislado, se ha sistematizado hasta convertirse en un mecanismo habitual en el sector de las telecomunicaciones. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lleva tiempo advirtiendo sobre estas tácticas que juegan con la letra pequeña y la confianza del cliente. Lo que se presenta como un obsequio desinteresado no es más que un cebo para modificar nuestros hábitos de consumo o para introducir servicios adicionales de pago de forma casi imperceptible. La sensación de abundancia de datos nos lleva a un estado de relajación, haciendo que bajemos la guardia y aceptemos condiciones que, a medio y largo plazo, benefician exclusivamente a la compañía, transformando un supuesto regalo en una carga económica recurrente y, en la mayoría de los casos, completamente innecesaria.

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¿REALMENTE NECESITAMOS UNA AUTOPISTA DE DATOS EN EL BOLSILLO?

Fuente: Freepik

La realidad es que la gran mayoría de los usuarios de móviles en España no necesita las cantidades astronómicas de datos que se ofrecen en las tarifas más publicitadas. El consumo medio se sitúa en una horquilla que rara vez supera los 10 o 15 gigabytes mensuales para un usuario estándar, cuyas actividades principales se centran en el uso de mensajería instantánea, redes sociales, consulta de correo electrónico y alguna reproducción esporádica de vídeo. Sin embargo, las operadoras nos seducen con planes de 100 GB, 200 GB o incluso datos ilimitados, creando una falsa necesidad y vendiendo una capacidad de la que el 90% de los clientes no utilizará ni una mínima parte, un despilfarro digital por el que, de una forma u otra, acabamos pagando.

Es fundamental realizar un ejercicio de honestidad y analizar nuestro propio comportamiento digital antes de dejarnos llevar por estas ofertas. ¿Cuántas horas de vídeo en streaming vemos fuera de una conexión wifi? ¿Descargamos habitualmente archivos de gran tamaño con nuestros datos móviles? Para la inmensa mayoría de las personas, una tarifa bien dimensionada y el uso inteligente de las redes wifi disponibles en casa o en el trabajo son más que suficientes. Las operadoras lo saben, pero su negocio no reside en ajustar la oferta a la demanda real, sino en vender el paquete más grande posible, inflando las expectativas del consumidor y, con ello, sus propias cuentas de resultados a final de mes, una práctica estandarizada en el sector de los móviles.


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