miércoles, 13 agosto 2025

El fallo más común en la ITV que tumba coches en minutos: “Nadie lo ve y se arregla en 5 minutos

La cita con la ITV es, para muchos conductores, un trago amargo que hay que pasar sí o sí. Seamos sinceros: por muy bien que creamos tener el coche, siempre queda una pequeña duda, porque la inspección es un examen sorpresa del que depende que nuestro coche pueda seguir circulando. Esa tensión se palpa en la fila de vehículos, en las miradas serias de los técnicos y en el alivio casi infantil que sentimos al recibir la ansiada pegatina. Pero, ¿y si te dijera que gran parte de ese estrés se debe a fallos absurdos que podrías haber evitado en el parking de tu casa?

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Pues bien, un técnico con décadas de experiencia en una estación de inspección lo confirma: la mayoría de los rechazos no vienen de averías graves en el motor o los frenos. Hay un culpable silencioso, un detalle que casi nadie revisa antes de pasar la revisión, porque el fallo más común es un detalle insignificante que cualquiera puede solucionar en su garaje con un coste mínimo. Sigue leyendo, porque conocer este secreto no solo te ahorrará un segundo viaje a la estación, sino también el dinero y el mal rato de un resultado desfavorable que se podía haber evitado con un simple gesto.

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EL MIEDO A LA PEGATINA: ¿POR QUÉ NOS PONE TAN NERVIOSOS LA ITV?

Fuente Pexels

Ese nudo en el estómago que aparece días antes de la inspección técnica de vehículos es casi un sentimiento universal. Lo curioso es que no responde tanto a una dejadez en el mantenimiento del coche como a un factor psicológico. Es una prueba, un juicio sumarísimo a nuestro vehículo y, por extensión, a nosotros como propietarios. Porque, en el fondo, ese nerviosismo colectivo se debe a que la vemos como una prueba que juzga nuestro cuidado del vehículo, y a nadie le gusta suspender un examen, sobre todo cuando parece que el examinador busca el más mínimo error para ponerte la cruz.

Pero la realidad es que la ITV no es una entidad malvada diseñada para amargarnos la existencia. Su propósito es mucho más noble y necesario de lo que pensamos en esos momentos de tensión. Es, ni más ni menos, el filtro que garantiza que los coches que circulan por nuestras calles y carreteras cumplen unos requisitos básicos de seguridad. De hecho, su verdadera misión es garantizar unos estándares mínimos de seguridad para todos en la carretera, evitando que vehículos en mal estado puedan provocar un accidente. Entender esto ayuda a rebajar la tensión, pero no elimina el riesgo de suspender.

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