martes, 12 agosto 2025

Revisa este fallo antes de pasar por la ITV: Y también puede multarte

La cita con la ITV es para muchos conductores un trámite que se afronta con una mezcla de resignación y nerviosismo. Es el examen anual de nuestro coche, ese momento en el que un inspector con mono de trabajo y cara de pocos amigos decide si nuestro vehículo es apto para seguir circulando. Nos preocupamos por los humos, por los frenos, por esa holgura extraña en la dirección… pero a menudo pasamos por alto los detalles más simples. Lo que muchos ignoran es que un simple fallo, considerado leve y que te permite irte con la pegatina, ya que una luz de freno fundida puede acarrear una sanción de 200 euros si te para la Guardia Civil, puede transformarse en un problema mayúsculo fuera de los rodillos de la estación de inspección técnica de vehículos. ¿!– /wp:paragraph –>

Este aparente contrasentido genera una falsa sensación de seguridad en miles de conductores que, al recibir el informe favorable, respiran aliviados y se olvidan del pequeño apunte que el técnico ha hecho en el papel. Esa pequeña bombilla fundida que apenas merece una nota en el informe, esa que piensas «ya la cambiaré el mes que viene», se convierte en una trampa legal que puede amargarte el día y el bolsillo. La desconexión entre el veredicto de la revisión del coche y la realidad de la carretera es enorme, porque ese defecto leve es considerado una infracción grave por el Reglamento General de Circulación, y los agentes de Tráfico no tienen la misma manga ancha que el inspector. Es una paradoja que todos deberíamos conocer.

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MÁS ALLÁ DEL APTO: LA ITV COMO UN ACTO DE RESPONSABILIDAD

Fuente Freepik

Al final, todo se reduce a un cambio de mentalidad. Debemos dejar de ver la ITV como un mero trámite burocrático, un examen que hay que aprobar como sea para evitar una multa. Hay que empezar a entenderla como lo que realmente es: un chequeo de salud para la máquina que nos transporta a nosotros y a nuestras familias, y con la que compartimos espacio con miles de personas. La próxima vez que pienses en la ITV, no lo hagas con miedo o pereza. Piensa en ella como una oportunidad para asegurarte de que todo está en orden, un recordatorio de tu responsabilidad como conductor. Porque, en el fondo, la verdadera finalidad de la inspección es garantizar nuestra seguridad y la de los demás, no simplemente poner una pegatina en el parabrisas.

Por eso, la próxima vez que te acerques a pasar la ITV, dedica esos cinco minutos a hacer tu propia pre-inspección. Revisa las luces, las escobillas, la presión de los neumáticos… Son gestos pequeños que dicen mucho de ti como conductor. No lo hagas solo por evitar una multa o un suspenso; hazlo por ti, por los que viajan contigo y por todos los que te cruzas en la carretera. Porque la seguridad vial no empieza en la estación de inspección ni termina con el veredicto del técnico. Empieza y termina cada día en nosotros mismos. Al final, un coche bien mantenido es un coche más seguro, independientemente de la pegatina, y esa debería ser siempre la principal razón para tenerlo a punto.

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