La cita con la ITV es para muchos conductores un trámite que se afronta con una mezcla de resignación y nerviosismo. Es el examen anual de nuestro coche, ese momento en el que un inspector con mono de trabajo y cara de pocos amigos decide si nuestro vehículo es apto para seguir circulando. Nos preocupamos por los humos, por los frenos, por esa holgura extraña en la dirección… pero a menudo pasamos por alto los detalles más simples. Lo que muchos ignoran es que un simple fallo, considerado leve y que te permite irte con la pegatina, ya que una luz de freno fundida puede acarrear una sanción de 200 euros si te para la Guardia Civil, puede transformarse en un problema mayúsculo fuera de los rodillos de la estación de inspección técnica de vehículos. ¿!– /wp:paragraph –>
Este aparente contrasentido genera una falsa sensación de seguridad en miles de conductores que, al recibir el informe favorable, respiran aliviados y se olvidan del pequeño apunte que el técnico ha hecho en el papel. Esa pequeña bombilla fundida que apenas merece una nota en el informe, esa que piensas «ya la cambiaré el mes que viene», se convierte en una trampa legal que puede amargarte el día y el bolsillo. La desconexión entre el veredicto de la revisión del coche y la realidad de la carretera es enorme, porque ese defecto leve es considerado una infracción grave por el Reglamento General de Circulación, y los agentes de Tráfico no tienen la misma manga ancha que el inspector. Es una paradoja que todos deberíamos conocer.
4NO SOLO SON LAS LUCES: OTROS FALLOS ‘LEVES’ QUE TRAEN MULTA

Aunque las luces fundidas son el caso más paradigmático, no son el único defecto leve de la ITV que puede traerte problemas con Tráfico. Hay todo un catálogo de pequeñas deficiencias que, aunque te permitan obtener la pegatina, son motivo de sanción en la carretera. Un ejemplo clásico es la luz de la matrícula. ¿Cuántas veces te has fijado si funciona? Probablemente nunca. Pues bien, puede que el veredicto de la estación de ITV sea favorable con un defecto leve por ello, pero si un agente te para, la multa está garantizada. La matrícula debe ser perfectamente legible en todo momento y para ello necesita su propia iluminación. De nuevo, la lógica es aplastante: la luz de la matrícula, a menudo olvidada, es obligatoria y su ausencia también es sancionable porque dificulta la identificación del vehículo.
La lista continúa. Unas escobillas del limpiaparabrisas que no barren bien, dejando surcos de agua en el cristal, son un defecto leve. Pero si te sorprende un chaparrón y un agente considera que tu visibilidad es deficiente, puede multarte. Lo mismo ocurre con el claxon: si no funciona, es leve en la inspección, pero una infracción en la carretera, ya que es un dispositivo de advertencia acústica obligatorio. O un pequeño golpe en un retrovisor que no impida la visión general. Es fundamental entender que superar el control de la ITV no te da carta blanca, porque elementos como los limpiaparabrisas en mal estado o el claxon inoperativo son motivo de multa si un agente considera que comprometen la seguridad.