La cita con la ITV es para muchos conductores un trámite que se afronta con una mezcla de resignación y nerviosismo. Es el examen anual de nuestro coche, ese momento en el que un inspector con mono de trabajo y cara de pocos amigos decide si nuestro vehículo es apto para seguir circulando. Nos preocupamos por los humos, por los frenos, por esa holgura extraña en la dirección… pero a menudo pasamos por alto los detalles más simples. Lo que muchos ignoran es que un simple fallo, considerado leve y que te permite irte con la pegatina, ya que una luz de freno fundida puede acarrear una sanción de 200 euros si te para la Guardia Civil, puede transformarse en un problema mayúsculo fuera de los rodillos de la estación de inspección técnica de vehículos. ¿!– /wp:paragraph –>
Este aparente contrasentido genera una falsa sensación de seguridad en miles de conductores que, al recibir el informe favorable, respiran aliviados y se olvidan del pequeño apunte que el técnico ha hecho en el papel. Esa pequeña bombilla fundida que apenas merece una nota en el informe, esa que piensas «ya la cambiaré el mes que viene», se convierte en una trampa legal que puede amargarte el día y el bolsillo. La desconexión entre el veredicto de la revisión del coche y la realidad de la carretera es enorme, porque ese defecto leve es considerado una infracción grave por el Reglamento General de Circulación, y los agentes de Tráfico no tienen la misma manga ancha que el inspector. Es una paradoja que todos deberíamos conocer.
3LA REVISIÓN DE 5 MINUTOS QUE TE SALVA DE LA MULTA Y EL SUSPENSO

La buena noticia es que evitar este disgusto es increíblemente fácil, rápido y barato. No necesitas ser un experto en mecánica ni tener herramientas sofisticadas. Solo necesitas cinco minutos de tu tiempo antes de acudir a la ITV o de emprender un viaje largo. Para las luces delanteras, el truco es tan sencillo como aparcar el coche de noche frente a una pared o la puerta del garaje. Enciende las luces de posición, las de cruce (cortas) y las de carretera (largas). El reflejo en la pared te chivará al instante si alguna de las bombillas ha decidido pasar a mejor vida. No te olvides de accionar también los intermitentes. Es un gesto simple, porque comprobar el alumbrado es una operación sencilla que no lleva más de cinco minutos y te puede ahorrar mucho dinero y problemas.
Para las luces traseras, la cosa se complica un poco si estás solo, pero sigue siendo factible. Las de posición e intermitentes puedes verlas reflejadas si aparcas marcha atrás cerca de una superficie reflectante, como un escaparate. Para las de freno, el truco casero por excelencia es colocar el palo de una escoba o un objeto similar apretando el pedal del freno mientras tú bajas a comprobarlo. Aunque lo más efectivo, sin duda, es pedirle a un familiar, amigo o vecino que te eche una mano. Ese favor de un minuto te ahorrará un posible suspenso en la ITV y, lo que es más importante, una multa segura. Recuerda que pedir ayuda a otra persona es la forma más rápida y eficaz de revisar las luces traseras, incluyendo la de marcha atrás y la antiniebla.