lunes, 11 agosto 2025

Revisa este fallo antes de pasar por la ITV: Y también puede multarte

La cita con la ITV es para muchos conductores un trámite que se afronta con una mezcla de resignación y nerviosismo. Es el examen anual de nuestro coche, ese momento en el que un inspector con mono de trabajo y cara de pocos amigos decide si nuestro vehículo es apto para seguir circulando. Nos preocupamos por los humos, por los frenos, por esa holgura extraña en la dirección… pero a menudo pasamos por alto los detalles más simples. Lo que muchos ignoran es que un simple fallo, considerado leve y que te permite irte con la pegatina, ya que una luz de freno fundida puede acarrear una sanción de 200 euros si te para la Guardia Civil, puede transformarse en un problema mayúsculo fuera de los rodillos de la estación de inspección técnica de vehículos. ¿!– /wp:paragraph –>

Este aparente contrasentido genera una falsa sensación de seguridad en miles de conductores que, al recibir el informe favorable, respiran aliviados y se olvidan del pequeño apunte que el técnico ha hecho en el papel. Esa pequeña bombilla fundida que apenas merece una nota en el informe, esa que piensas «ya la cambiaré el mes que viene», se convierte en una trampa legal que puede amargarte el día y el bolsillo. La desconexión entre el veredicto de la revisión del coche y la realidad de la carretera es enorme, porque ese defecto leve es considerado una infracción grave por el Reglamento General de Circulación, y los agentes de Tráfico no tienen la misma manga ancha que el inspector. Es una paradoja que todos deberíamos conocer.

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¿POR QUÉ ES LEVE EN LA ITV PERO GRAVE EN LA CARRETERA?

Fuente Freepik

La clave para entender esta dualidad de criterios reside en la diferente misión que tienen la Inspección Técnica de Vehículos y los cuerpos de seguridad del Estado. La ITV es un control periódico y programado cuyo objetivo es certificar que un vehículo cumple con unas condiciones técnicas mínimas para no ser un peligro. Es una fotografía del estado del coche en un momento concreto. El inspector anota el defecto leve como una advertencia para que el propietario lo subsane, confiando en su responsabilidad. Su labor es diagnosticar, no sancionar en el acto. En ese contexto, ya que la ITV evalúa la aptitud general del vehículo para circular en el momento de la prueba, se considera que una sola bombilla fundida no invalida por completo la seguridad del coche, aunque sí la menoscaba.

Por el contrario, la misión de un agente de Tráfico es garantizar la seguridad vial en tiempo real, aquí y ahora. No le importa si pasaste la ITV ayer o si tienes cita para mañana. Su trabajo es detectar y neutralizar cualquier riesgo potencial que circule por la vía pública. Desde su perspectiva, un coche con una luz de freno fundida es un peligro activo que debe ser corregido de inmediato. Por eso no hay medias tintas. No es una cuestión de criterio, es una aplicación directa del reglamento, porque la Guardia Civil o la Policía Local velan por la seguridad instantánea en la vía pública, y un elemento de señalización defectuoso es una falta grave que afecta directamente a la seguridad de todos los usuarios de la vía.


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