Pocas series son capaces de mantener los mismos niveles de tensión emocional semana a semana como Renacer, el fenómeno turco que ha traspasado fronteras y ha conquistado corazones en más de 50 países. Intensa, con personajes muy elaborados y giros que rompen la lógica emocional, la ficción de Antena 3 ha conseguido asentarse como una de las apuestas más robustas del prime time. Estos nuevos capítulos vuelven a colocar a Bahar en el ojo del huracán, con la traición más dolorosa, un accidente que lleva su vida al límite y la propuesta que va a cambiarle la existencia.
1UNA TRAGEDIA QUE REORDENA TODAS LAS PIEZAS

Desde que volvió al hospital y comenzó a luchar para recuperar su carrera profesional, Bahar ha tenido que superar múltiples obstáculos. Sin embargo, el conflicto ha alcanzado una dimensión fundamental, hasta plantearse una denuncia de su propio hijo, Aziz Uras, por haber realizado una intervención de parto sin el consentimiento del paciente, lo que da lugar a una investigación disciplinar que se agrava para poner en peligro su ya endeble estabilidad.
Un nuevo golpe que no solo abre viejas heridas, sino que atenta de manera directa contra la relación madre e hijo, que es a la vez frágil pero esencial en la historia. La traición del hijo Uras no es sólo profesional, sino muy personal, y ubica a Bahar delante de un conflicto emocional que rompe su por dentro. La secuencia en que Bahar descubre el origen de la denuncia es uno de los momentos más intensos de los últimos episodios, con una gran interpretación de Demet Evgar.
Pero el drama no se detiene aquí en «Renacer». Cuando nada estaba peor o podía ser peor, un accidente deja a Bahar entre la vida y la muerte. La gravedad es impactante y su traslado de urgencia al hospital permite una escena repleta de un alto grado de tensión: Evren y Timur discuten apasionadamente sobre quién debe operar a Bahar. Disputa que no puede desembocar sólo en la rivalidad médica entre dos huelguistas, sino que tampoco puede eliminar el conflicto existente en la tarea colectiva. Finalmente, es Timur quien opera a la paciente junto a Uras, mientras Evren se ocupa del conductor del vehículo responsable del accidente.
El episodio se ciñe, por lo tanto, a una operación que debe resultar correcta y eficaz, pero que también tiene la suficiente fuerza para evidenciar un peligro incluso mayor. El primero de ellos es el de la cantidad de acompañantes que están allí y que muestran actitudes cuando menos sospechosas, lo que lleva a pensar en una posible conexión con el mundo de la criminalidad organizada. El propio Evren, cegado ante la rabia, se enfrenta a ellos a partir de lo que entiende como una actitud provocativa, lo que permite abrir una subtrama que tiene mucho que prometer en episodios posteriores.