jueves, 9 octubre 2025

Lo consumes varias veces por semana y ahora lo asocian con los primeros síntomas de alzhéimer

Pocos diagnósticos generan tanto pavor como el alzhéimer. Es una enfermedad que borra los recuerdos, la identidad y que nos enfrenta a una de nuestras mayores vulnerabilidades como seres humanos. Lo que nunca hubiéramos imaginado es que la pista para entenderlo mejor podría estar en algo tan cotidiano como el filete que comemos varias veces por semana. La ciencia está poniendo el foco en un vínculo sorprendente, ya que un consumo elevado de carne roja podría estar relacionado con la acumulación de hierro en el cerebro, un factor que se asocia con el desarrollo de esta devastadora enfermedad neurodegenerativa. ¿Podría estar la respuesta en nuestra lista de la compra?

El miedo a la pérdida de memoria es una sombra que planea sobre todos nosotros a medida que cumplimos años. Buscamos soluciones en crucigramas, en aprender idiomas o en cualquier actividad que prometa mantener nuestra mente ágil. Pero la idea de que nuestras elecciones en la mesa influyan directamente en nuestra salud cerebral es cada vez más clara. Nuevas investigaciones sugieren que este alimento tan presente en nuestra dieta, porque la carne roja podría acelerar los procesos de estrés oxidativo que dañan las neuronas, podría no ser el mejor aliado para un envejecimiento saludable. La pregunta que surge es inevitable y nos afecta a todos: ¿debemos replantearnos nuestra relación con la carne?

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¿ES EL HIERRO EL NUEVO VILLANO DE LA PELÍCULA?

Fuente Freepik

Llegados a este punto, es fácil caer en la trampa de pensar que el hierro es el enemigo. Nada más lejos de la realidad. La deficiencia de hierro causa anemia y una larga lista de problemas de salud. Es absolutamente vital. La clave, como en casi todo en la vida, está en el equilibrio y en el origen. El hierro que obtenemos de las legumbres, los frutos secos o las espinacas (hierro «no hemo») se absorbe de una forma más regulada, nuestro cuerpo coge solo lo que necesita. El problema con el hierro de la carne roja es que entra «sin llamar a la puerta». Este matiz es fundamental para prevenir el alzhéimer. Así, el hierro hemo de la carne roja se absorbe de forma mucho más agresiva y menos controlada por el organismo, lo que aumenta el riesgo de una acumulación peligrosa en tejidos como el cerebral.

La acumulación de hierro no es el único factor que provoca la enfermedad, por supuesto. El alzhéimer es un puzle multifactorial donde la genética, el estilo de vida y otros elementos juegan un papel crucial. Sin embargo, la dieta se perfila como una de las piezas más importantes y, sobre todo, una de las que podemos modificar. No podemos cambiar nuestros genes, pero sí podemos decidir qué ponemos en nuestro plato. La gestión de la salud cerebral es un reto, ya que la acumulación de hierro parece actuar como un catalizador que acelera otros procesos dañinos ya presentes en el cerebro, como la formación de las placas de beta-amiloide y los ovillos de proteína tau, las dos lesiones características de la enfermedad.


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