Los domingos, Una nueva vida llena la pequeña pantalla de tramposas emociones, picardías, luchas entre cerebros y familias traidoras. La serie turca que emite Antena 3 ha conseguido elevar su calidad a lo más alto, gracias al descubrimiento que puede llevar a cabo al dibujar el proceso de las relaciones familiares, el amor a la fuerza, las heridas del pasado, etc. En el centro de este relato palpitan Seyran y Ferit, dos jóvenes que hemos heredado en un matrimonio denso, constituido por los cables envenenados de la tradición y la dominación.
3EL COLAPSO DE LOS IMPERIOS FAMILIARES EN «UNA NUEVA VIDA»

Los clanes Korhan y Şanlı ya no son infalibles en «Una Nueva Vida»: el peso de sus decisiones los arrastra al desvanecimiento. La historia se ha convertido en una reproducción de la feroz confrontación de ejercer el poder con la fuerza del amor o el control con la fuerza de la libertad. Kazım se encuentra con todos; rememora una infancia recordada en poderes, y Esme, debilitándose física y emocionalmente, se convertirá en la representación del dolor silencioso.
Entre los momentos de un episodio recordable en «Una Nueva Vida» , se recuerda la desgarradora despedida de Seyran y Ferit. Ella se quita el anillo, y con una calma que la hiela, sentencia: “Ya no me amas. Quieres todo. Esta vez perdiste”. Con esta reflexión, derrumba no sólo una relación, sino toda una estructura construida sobre las mentiras. En aquel instante el gesto de salir para siempre de la mansión junto a Suna es, hasta ese consumo de un capítulo, el acto más potente de liberación que ha expuesto.
Suna y Kaya, por su parte, firmaban una peligrosa alianza; ella a la espera de vengarse de Kazım, él de Halis. Así lo que parece ser solo una historia de amor juvenil se convierte en una conspiración con aspiraciones oscuras de la venganza, que se hace presente como nuevo motor narrativo y promete incendiar los próximos capítulos.