Las escuchás, te llenan los oídos y se quedan en tu cabeza a vivir. Algunas canciones te traspasan como flechas y te siguen a cualquier sitio donde vayas. Pero, ¿por qué ocurre esto? Aunque pueda parecer algo anecdótico y cotidiano, tiene una explicación científica.
La ciencia lleva años tratando de comprender por qué algunas canciones se quedan atrapadas en la mente como un eco involuntario e infinito. Y sí, hay razones. En este artículo, exploramos la ciencia detrás de este curioso fenómeno que nos conecta de forma involuntaria con la música.
4Cómo liberarte de una canción que no se va
Si alguna vez te has encontrado atrapado en un bucle musical —y quién no— seguramente habrás intentado todo tipo de trucos para “sacártela de la cabeza”. Lo curioso es que, según los científicos, cuanto más luchas contra la canción, más se aferra. Es lo que el psicólogo Daniel Wegner denominó “proceso irónico”: el cerebro hace justo lo contrario de lo que le pides.
Entonces, ¿qué funciona? Aceptar la melodía sin resistencia suele ser más eficaz. Algunas personas encuentran alivio escuchando la canción completa, como si al terminarla pudieran cerrar ese ciclo mental. Otras la reemplazan por una canción diferente, una suerte de cambio de pista voluntario. También hay quienes recomiendan mascar chicle, ya que la actividad bucal interfiere en la repetición mental del ritmo.
Desde el Centro Kennedy para las Artes Escénicas incluso recomiendan estrategias simples como hablar con alguien, resolver un rompecabezas o concentrarse en una tarea demandante. Todo lo que distraiga al cerebro de ese bucle puede ser una solución. A veces, lo más simple es lo más efectivo.