Las escuchás, te llenan los oídos y se quedan en tu cabeza a vivir. Algunas canciones te traspasan como flechas y te siguen a cualquier sitio donde vayas. Pero, ¿por qué ocurre esto? Aunque pueda parecer algo anecdótico y cotidiano, tiene una explicación científica.
La ciencia lleva años tratando de comprender por qué algunas canciones se quedan atrapadas en la mente como un eco involuntario e infinito. Y sí, hay razones. En este artículo, exploramos la ciencia detrás de este curioso fenómeno que nos conecta de forma involuntaria con la música.
3Lo que pasa en tu cabeza cuando se repite una canción
No se trata solo de melodía. El fenómeno de los earworms tiene una base neurológica. Cuando una canción se repite mentalmente, se activa la corteza auditiva del cerebro, que es la misma zona que usamos al escuchar música real. Es decir, tu cerebro revive la canción como si estuvieras escuchándola de nuevo, aunque no haya sonido alguno.
Esto, de por sí, ya es fascinante. Pero hay más. El estado emocional también influye en la aparición de un earworm. El estrés, la fatiga, la distracción o incluso la nostalgia pueden facilitar que una melodía se instale sin previo aviso. Algunas investigaciones apuntan a que las personas más sensibles o con mayor tendencia a la introspección son también más propensas a estos bucles mentales.
Y no solo eso. Según el psiquiatra Srini Pillay, profesor de la Facultad de Medicina de Harvard, los bucles musicales persistentes podrían estar relacionados en algunos casos con condiciones más complejas como trastornos obsesivo-compulsivos, migrañas, epilepsia e incluso ciertos tipos de ictus o metástasis cerebrales. Eso sí: no hay que alarmarse. En la mayoría de los casos, los earworms son inofensivos y pasajeros.