Llegar al aeropuerto de Barajas es cada día más complejo. A pesar de ser la joya de la corona de AENA y de ser el puerto de entrada de la capital para los viajeros internacionales, el aeropuerto ha tenido problemas recientes de plagas, falta de mantenimiento y por supuesto los sin techo que pernoctaron por varias semanas en la terminal 4, y más recientemente sumaron un reclamo sindical por la falta de personal sanitario durante los meses de verano. Pero no solo son problemas del día a día en las instalaciones, que afectan directamente a los usuarios.
Según varios testimonios recogidos, los problemas para la verificación de pasaportes están alargando los tiempos de espera para salir del terminal de los viajeros internacionales. El principal problema es que hay un alto porcentaje de las máquinas de verificación que no funcionan, obligando a los trabajadores a realizar la verificación manual, y al no tener trabajadores suficientes se hace un proceso todavía más lento de lo esperado.
La realidad es que estos tiempos de espera generan un problema evidente a los turistas. No solo por qué el resto de los problemas del aeropuerto hacen de estos tiempos de espera especialmente complicados, además de hacer más dudosas las visitas repetidas. De momento no ha tenido un efecto en la llegada de nuevos visitantes, con España rompiendo su récord de turismo por tercer año consecutivo y, según los datos de la Mesa de Turismo, se quedará a las puertas de los 100 millones de pasajeros, pero es una primera impresión difícil de borrar, incluso con las bondades de España, y Madrid, como destino turístico.
Se suma el problema que esto genera también para las aerolíneas, como Iberia, Ryanair o Air Europa que operan en el espacio. Se suma, como no, que los destinos internacionales se han vuelto cada día más importantes, no solo dentro de Europa, sino también viajes intercontinentales, con Latinoamérica en particular transformándose en un territorio clave tanto para atraer como para enviar turistas.
ES NECESARIO MEJORAR LA INVERSIÓN EN BARAJAS
A pesar de la reciente expansión del aeropuerto de Barajas, y del anuncio reciente en el aeropuerto de El Prat en Barcelona, este tipo de problemas son típicos de la falta de inversión. La realidad es que son problemas que se repiten en diferentes servicios de transporte de España, como lo han demostrado los problemas recientes de la ruta de los trenes de Alta Velocidad que conectan Madrid y Andalucía, pero en el caso del aeropuerto es además una carta de presentación, que afecta tanto al turista como a las aerolíneas que operan allí.

Además, se suman las dudas alrededor del nuevo aeropuerto que desde el sector empresarial se está planteando en Madrid. Es cierto que el espacio no competiría con Barajas, después de todo la ubicación planteada en el proyecto ubica el nuevo aeródromo más cerca de Toledo que de la capital, por lo que el aeropuerto de Barajas seguirá siendo la primera opción para la gran mayoría de los viajeros, por lo que arreglar su cada día más larga lista de problemas sigue siendo urgente.
De momento los problemas se han mantenido entre los trabajadores y los usuarios, sin grandes críticas públicas desde las líneas aéreas. Pero estas serían el siguiente dominó a caer para AENA, sobre todo cuando algunas han ya atravesados momentos complicados con la empresa estatal en el pasado, y otras como Ryanair mantienen un frente de lucha abierto contra los cánones de la empresa pública para operar en algunos aeropuertos del territorio ibérico.
AENA TIENE MOTIVOS PARA CELEBRAR, PERO MUCHO QUE CORREGIR
Con la expansión de otro aeropuerto clave como es El Prat en Barcelona y con el proyecto de un nuevo aeropuerto comercial en Madrid sobre la mesa, los pasos que debe dar AENA son urgentes. La facilidad de entrada es uno de los puntos clave a la hora de atraer el turismo y los problemas del aeropuerto capitalino son especialmente notorios al compararlos con otros grandes destinos europeos, como París o Londres, por mencionar dos, y en particular no se puede permitir que se acumule la lista de problemas que ha afectado al aeropuerto en los últimos tiempos.
De igual modo se puede pensar que este es precisamente el mejor momento para invertir en el aeropuerto. La industria del turismo nunca había tenido tanto éxito, y por tanto debería haber más presupuesto para invertir de vuelta en aeropuertos, vías de tren y otros espacios de infraestructura pública que son clave para el buen funcionamiento de este mercado.