En los últimos meses, Spotify se ha convertido en el centro de una polémica que trasciende lo musical y alcanza terrenos tan sensibles como la ética empresarial, la inversión militar y el deporte de élite. Mientras la plataforma de streaming afronta una tormenta mediática por decisiones de su CEO, Daniel Ek, sus vínculos con el FC Barcelona comienzan a estar bajo un nuevo foco de atención.
La compleja relación entre arte, tecnología y capital acaba de entrar en una etapa especialmente crítica para Spotify. El boicot de artistas, las pérdidas financieras y un contrato millonario con uno de los clubes más importantes del mundo se entrelazan en una trama que podría cambiarlo todo. En este artículo te contaremos por qué los boicots podrían poner en riesgo su patrocinio al FC Barcelona.
1“No queremos que nuestra música mate”: el boicot artístico que sacude los cimientos de Spotify

La polémica se desató tras una revelación del Financial Times, que sacó a la luz la millonaria inversión que Daniel Ek, CEO de Spotify, realizó a través de su empresa Prima Materia en Helsing, una compañía alemana especializada en inteligencia artificial aplicada al ámbito militar. La operación, valuada en 600 millones de euros, disparó una ola de indignación entre músicos y colectivos artísticos que no tardaron en hacer oír su voz.
Bandas como Xiu Xiu, King Gizzard & the Lizard Wizard y Deerhoof decidieron retirar su música de la plataforma como acto de protesta. En sus comunicados, los artistas han sido claros: no quieren que su arte financie tecnología bélica. «No queremos que nuestra música mate a la gente« se convirtió en el lema de una campaña que, más allá del simbolismo, apunta directamente al corazón del modelo de negocio de Spotify.
El gesto no es menor. Aunque muchas de estas bandas obtienen sus principales ingresos a través de giras, renunciar a la visibilidad y a la audiencia global que ofrece Spotify no es una decisión fácil. Aun así, han decidido mantener la coherencia con sus valores. Incluso sellos discográficos como Joyful Noise Recordings han apoyado la iniciativa, marcando una posición firme frente a lo que consideran una «traición ética» de parte de la plataforma.
Este movimiento de boicot no solo denuncia las inversiones del CEO, sino también el modelo de negocio en sí. Algunos músicos lo describen como una “estafa de minería de datos”, donde los artistas independientes quedan relegados mientras las grandes discográficas, los algoritmos y ahora también las empresas de defensa se llevan la mayor tajada.