domingo, 10 agosto 2025

La comisión bancaria que el Banco de España considera abusiva y que podrías reclamar ahora mismo

El Banco de España ha puesto el foco durante años en una práctica que, silenciosamente, podría estar vaciando tus bolsillos cada vez que tu cuenta bancaria flaquea. Hablamos de ese cargo inesperado que aparece cuando te quedas en números rojos, una situación más común de lo que parece en la economía de miles de familias. Lo que quizá no sepas es que, según su criterio, la entidad podría estar aplicándote un cargo que el supervisor bancario considera improcedente, abriendo la puerta a una posible reclamación que muchos desconocen. ¿Es tu caso? Sigue leyendo, porque lo que vas a descubrir puede cambiar para siempre tu relación con tu banco.

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La intriga no termina ahí. No se trata de una guerra abierta contra la banca, sino de una llamada al orden para que las reglas del juego sean justas y transparentes para todos. El problema radica en la aplicación automática de una comisión que a menudo no se corresponde con ningún servicio real. La clave está en entender el matiz que lo cambia todo, y es que el organismo regulador exige que el cobro corresponda a un servicio real y demostrable, no a una simple penalización automática por quedarte en negativo. Esta es la letra pequeña que te da el poder para actuar y reclamar lo que es tuyo.

¿TE SUENA ESO DE ‘NÚMEROS ROJOS’? ASÍ TE AFECTA LA COMISIÓN QUE TU BANCO PODRÍA ESTAR COBRÁNDOTE MAL

¿TE SUENA ESO DE 'NÚMEROS ROJOS'? ASÍ TE AFECTA LA COMISIÓN QUE TU BANCO PODRÍA ESTAR COBRÁNDOTE MAL
Fuente Pexels

Ese escalofrío que recorre la espalda al consultar la aplicación del banco y ver el saldo en negativo es una sensación familiar para muchos. Inmediatamente después, suele aparecer un concepto en el extracto: «comisión por reclamación de posiciones deudoras» o, más comúnmente, «comisión por descubierto». Tendemos a asumirla como una especie de multa inevitable, un peaje por habernos despistado. Sin embargo, y aquí es donde interviene la autoridad monetaria, esta comisión por descubierto no es un cheque en blanco para la entidad, sino un concepto muy específico que debe cumplir unas reglas que la mayoría de clientes ignora por completo.

El quid de la cuestión es que los bancos la presentan como un coste fijo o un porcentaje sobre la deuda más alta, aplicándolo de forma sistemática en cuanto la cuenta entra en negativo. Pero este automatismo es precisamente lo que choca frontalmente con la doctrina del supervisor financiero. Lo que tu banco podría estar haciendo es cobrarte por un «servicio» de reclamación que nunca ha existido. Por ello, la jurisprudencia y los criterios de buenas prácticas bancarias han acotado su aplicación a casos muy concretos, desmontando la idea de que es una penalización que el banco puede imponer a su antojo y sin justificación alguna.

LA LETRA PEQUEÑA QUE EL BANCO DE ESPAÑA PONE SOBRE LA MESA

Aquí es donde la figura del Banco de España se vuelve fundamental para el consumidor. Su criterio, reiterado en múltiples memorias del Servicio de Reclamaciones, es meridiano al respecto: para que un banco pueda cobrarte esta comisión, debe acreditar que ha realizado gestiones efectivas y personalizadas para reclamarte esa deuda. La doctrina que emana de la institución es clara, pues el supervisor de la banca establece que solo se pueden repercutir los costes reales de las gestiones realizadas para reclamar la deuda, como podría ser el envío de un burofax o una llamada certificada, algo que rara vez ocurre por un pequeño descubierto de unos días.

Por tanto, un simple apunte informático que genera el cobro de forma automática no se considera una gestión real. El Banco de España insiste en que el cargo debe ser único, aunque se realicen varias gestiones por un mismo descubierto, y debe responder a un principio de proporcionalidad. El supervisor bancario ha llegado a considerar abusivo cobrar 30 o 40 euros por un descubierto de apenas unos céntimos. Así que, si te han aplicado este cargo, la carga de la prueba recae sobre el banco, que debe demostrarte qué servicio concreto te ha prestado para justificar ese cobro, algo que en la inmensa mayoría de los casos no puede hacer.

¿CASTIGO AUTOMÁTICO O COBRO JUSTIFICADO? LAS DOS CARAS DE LA MONEDA

¿CASTIGO AUTOMÁTICO O COBRO JUSTIFICADO? LAS DOS CARAS DE LA MONEDA
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Imagina que dejas el coche mal aparcado un minuto. Una cosa es que la grúa se lo lleve y te cobre por el servicio de retirada y depósito (un coste real y demostrable) y otra muy distinta es que el parquímetro, de forma automática, te cargue 50 euros solo por detectar la infracción. Esta analogía ayuda a entender la diferencia que marca el Banco de España entre un cobro legítimo y uno abusivo. La comisión por descubierto no puede ser un castigo digital instantáneo. Debe ser la factura por un servicio real, tangible y, sobre todo, necesario que la entidad ha tenido que llevar a cabo.

El problema es que la tecnología ha permitido a las entidades financieras automatizar estos cobros, convirtiéndolos en una fuente de ingresos recurrente y fácil. Sin embargo, esta eficiencia juega en su contra a la hora de justificarlos. Un algoritmo no es un gestor que te llama personalmente. Por eso, el criterio del Banco de España protege al cliente de estos automatismos. La próxima vez que veas este cargo en tu cuenta, pregúntate: ¿me ha llamado el banco? ¿He recibido una carta certificada? Si la respuesta es no, es muy probable que esa comisión sea una penalización encubierta que incumple las buenas prácticas bancarias, y por tanto, podrías tener todo el derecho a reclamarla.

EL MAPA PARA RECLAMAR: CÓMO DETECTAR LA COMISIÓN Y RECUPERAR TU DINERO

Ahora que conoces la teoría, pasemos a la práctica. El primer paso es convertirte en un detective de tus propias finanzas. Revisa tus extractos bancarios de los últimos años, prestando especial atención a los meses en los que tu saldo pudo haber estado en negativo. Busca conceptos como «comisión reclamación posiciones deudoras», «gastos de regularización» o «comisión por descubierto». Si encuentras estos cargos, especialmente si son recurrentes y de un importe fijo, tienes un caso sólido. Según la institución financiera central, el cliente tiene derecho a solicitar la anulación del cargo y la devolución de las cantidades si el banco no acredita el servicio prestado, y la mayoría de las veces no puede.

Una vez identificados los cobros, el proceso es más sencillo de lo que parece. Primero, debes dirigirte por escrito al Servicio de Atención al Cliente de tu propia entidad, exponiendo claramente los hechos y solicitando la devolución del dinero basándote en el criterio del Banco de España. Guarda una copia de esta reclamación. Si en el plazo de un mes no recibes respuesta o esta es negativa, tienes la puerta abierta para el segundo paso. Es entonces cuando puedes presentar una reclamación formal ante el Servicio de Reclamaciones del Banco de España, un trámite gratuito que no requiere abogado y que puedes realizar telemáticamente.

MÁS ALLÁ DE LA COMISIÓN: LA BATALLA POR LA TRANSPARENCIA FINANCIERA

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Este asunto de la comisión por descubierto es solo la punta del iceberg de un cambio mucho más profundo en la relación entre los ciudadanos y las entidades financieras. La insistencia del Banco de España en este y otros asuntos similares no es casual; responde a una demanda social creciente de mayor transparencia, justicia y equidad en los servicios bancarios. Los clientes ya no son sujetos pasivos, sino agentes informados que conocen sus derechos y están dispuestos a ejercerlos. Las reglas del juego están cambiando, y los organismos reguladores son una pieza clave en este nuevo tablero.

Al final, entender cómo funciona esta comisión y saber que el Banco de España te ampara te otorga una herramienta poderosa. No se trata solo de recuperar 30, 60 o 100 euros; se trata de enviar un mensaje claro a tu entidad: estás vigilante y conoces las normas. La educación financiera es la mejor defensa contra los abusos, y en este caso, el conocimiento te empodera para cuestionar los cargos automáticos y exigir que cada euro que pagas se corresponda con un servicio real. Ser un cliente informado ya no es una opción, es la única manera de navegar con seguridad en el complejo mundo de las finanzas personales y asegurarte de que nadie se aprovecha de la letra pequeña.


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