Mientras la derecha mediática arremete contra el asalto gubernamental de RTVE, con críticas hacia tertulias como ‘Mañaneros 360’ y ‘Malas lenguas’ o hacia los recurrentes contratos adjudicados a productoras como Mediapro, en las televisiones autonómicas bajo el control del Partido Popular se suceden decisiones difícilmente justificables desde el punto de vista de la pluralidad, la calidad y el interés público.
La degradación de la pluralidad en Canal Sur, la Televisión de Galicia, la hasta ahora inmaculada Aragón TV, la ayusizada Telemadrid o À Punt, que está cobrando tintes de la extinta Canal 9, son ejemplos de la obscena gestión del PP.
FICHAJES Y AUDIENCIAS
Las autonómicas han reforzado su programación con apuestas como el regreso de Jordi González a TV3 tras 26 años, la decisión de la TVG de comprar partidos del Deportivo de la Coruña en segunda división o el reciente estreno del documental ‘Los Williams’ en en la OTT hermana de ETB, Primeran.
Tras su discreto adiós en Mediaset y su irregular paso por RTVE, Jordi González regresa para presentar ‘Col·lapse’, el programa estrella de los sábados por la noche, en sustitución de Ricard Ustrell, quien se centrará en su labor radiofónica y su trabajo como productor de proyectos para la cadena autonómica y para el nuevo canal regional de RTVE en catalán, La2Cat.
En Galicia, la TVG ha redoblado su apuesta por el fútbol y emitirá 15 partidos del Deportivo de La Coruña en Segunda División y 5 del Dépor Abanca en la Liga F. El fútbol sigue siendo un bastión que muchas autonómicas intentan preservar para fidelizar a sus audiencias.
En el País Vasco, la plataforma digital Primeran, vinculada a ETB, ha estrenado el documental ‘Los Williams’. Esta obra audiovisual está centrada en los mediáticos hermanos del Athletic Club de Bilbao, Iñaki y Nico.
AUDIENCIAS
Con apuestas como estas, las autonómicas agrupadas en la red FORTA intentan levantar sus audiencias. En julio, estas televisiones promediaron un 8,4% de cuota de pantalla, un punto más que el año anterior.
Este crecimiento se debe, principalmente, al liderazgo de la catalana TV3, que ha vivido su mejor julio desde 2007 con un imponente 14,4% de share. Le siguen Aragón TV (11,3%), Canal Sur (9,5%), la TVG (8,3%) y ETB2 (8,1%). Castilla-La Mancha Media (6,4%) y la Televisión Canaria (que se alza a su mejor julio desde 2014, 6,3%).
El resto, sin embargo, naufraga: Telemadrid se estanca en un 5%, la TPA asturiana apenas alcanza el 4,3%, la IB3 balear se queda en un 4%, Canal Extremadura en un 3,7%, La 7 TV murciana en un 3,1%, la valenciana À Punt en un preocupante 2,4% y la castellanoleonesa La 7, gestionada por los expresidiarios Michel Méndez Pozo y José Luis Ulibarri, se conforma con un 1,5%.
POLÉMICAS
El caso de Telemadrid ejemplifica a la perfección el hundimiento y manipulación de una cadena que llegó a liderar el panorama autonómico. En los noventa, la televisión madrileña alcanzaba cuotas de pantalla cercanas al 20%. Hoy, apenas llega al 5%.
El descenso ha sido continuo desde la llegada en 2021 de José Antonio Sánchez, ex presidente de RTVE, a la dirección de Telemadrid, a propuesta de Isabel Díaz Ayuso. La cadena madrileña ha perdido audiencia, credibilidad e identidad.
Su programación, cada vez más alineada con el Gobierno regional, ha apostado por tertulias marcadamente partidistas como ‘El análisis diario de la noche’, conducido por Antonio Naranjo, o por formatos fallidos como ‘La noche golfa’, de Miguel Lago. Además, ha invertido en costosas corridas de toros en horario infantil y ha mostrado una alarmante falta de innovación.

Otro ejemplo de deriva política y programática se da en la Comunitat Valenciana. La televisión pública À Punt, que nació en 2017 con el objetivo de reflejar la diversidad valenciana, atraviesa ahora una etapa de involución.
Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, intenta controlar el ente con nombramientos controvertidos. Primero fue Vicente Ordaz, procedente de la COPE, como presidente de la Corporación Audiovisual. Después llegó el polémico Francisco Aura, ex directivo de Canal Nou y Trece y viejo conocido del zaplanismo, como director general de À Punt.
Para muchos, esta reorientación es una estrategia para blindarse ante la impopular gestión del president Mazón durante la DANA de septiembre de 2024, cuando se encontraba comiendo tranquilamente con Maribel Vilaplana mientras decenas de valencianos eran rescatados del agua. Hace unos días, Nacho Duato denunció en la propia À Punt el desprecio institucional de Mazón por el bien común.
Tampoco Andalucía se libra de las polémicas. Un informe interno del Consejo Profesional de Canal Sur reveló en abril hasta 470 malas prácticas en apenas seis meses, destacando un ‘apagón informativo’ en torno al escándalo de las presuntas adjudicaciones irregulares sanitarias del SAS. Mientras tanto, la cadena sigue reforzando su equipo: en septiembre incorporará al periodista Juan Carlos Vélez, procedente de Onda Cero, como nuevo conductor de las mañanas de Canal Sur Radio.
En Galicia, la reciente designación de Concepción Pombo como nueva directora de la CRTVG también ha levantado suspicacias. Fue aprobada solo con los votos del PP, lo que ha hecho saltar las alarmas sobre la independencia del ente. Desde el Comité Intercentros se denuncia que la cadena ha externalizado incluso los informativos, que los redactores apenas redactan y que se vulneran los principios europeos de gobernanza mediática.