La quinoa se ha coronado como la reina indiscutible de los superalimentos, un pilar en las despensas de cualquiera que busque cuidarse y comer de forma saludable. Su fama la precede: es una fuente de proteína completa, rica en fibra y minerales, y versátil como pocas. Pero, ¿y si te dijera que este grano milenario esconde un pequeño secreto, una defensa natural que, si no se trata correctamente, puede volverse en nuestra contra? Es una verdad incómoda que muchos desconocen, porque la quinoa contiene de forma natural una capa de saponinas que debe eliminarse por completo antes de su consumo. ¿Podría ser este el motivo por el que a veces no te sienta tan bien como esperabas?
El problema no reside en el alimento en sí, sino en un paso crucial de su preparación que a menudo pasamos por alto o realizamos de forma insuficiente. Nos hemos enamorado de sus beneficios, pero hemos olvidado escuchar las advertencias que el propio grano nos da. Ese sutil amargor que a veces persiste, esa sensación de pesadez que algunos experimentan… no son características inherentes de este superalimento. Son señales de alarma, el resultado de no haber neutralizado su capa protectora, ya que un lavado inadecuado puede provocar irritación digestiva y dificultar la absorción de sus valiosos nutrientes. La diferencia entre una comida excepcional y un mal rato está, literalmente, en el agua del grifo.
4EL RITUAL DEL LAVADO: LA GUÍA DEFINITIVA PASO A PASO

Olvídate de un enjuague rápido. El proceso para eliminar las saponinas requiere un poco de paciencia y un ritual casi meditativo. Necesitarás un colador de malla muy fina, ya que los granos son pequeños y pueden escaparse por uno normal. Coloca la cantidad de quinoa que vayas a cocinar en el colador y ponlo bajo el chorro de agua fría. Aquí viene la clave: no basta con dejar que el agua corra. Debes frotar los granos suavemente con las yemas de los dedos, como si estuvieras lavando una prenda delicada.
Sigue frotando bajo el agua durante al menos un par de minutos. Al principio, verás que el agua sale ligeramente turbia y puede que incluso se forme una sutil espuma jabonosa. Esa es la saponina desprendiéndose. Tu objetivo es continuar el proceso hasta que el agua salga completamente transparente y ya no percibas esa sensación resbaladiza en los dedos. Algunas variedades de quinoa vienen prelavadas, pero incluso en esos casos, nunca está de más darles un buen repaso final para asegurarnos, porque este lavado meticuloso es el único método que garantiza la eliminación total del antinutriente y asegura una digestión perfecta.