sábado, 9 agosto 2025

El peligro oculto en la quinoa que nadie te cuenta: así se elimina la saponina para evitar problemas digestivos

La quinoa se ha coronado como la reina indiscutible de los superalimentos, un pilar en las despensas de cualquiera que busque cuidarse y comer de forma saludable. Su fama la precede: es una fuente de proteína completa, rica en fibra y minerales, y versátil como pocas. Pero, ¿y si te dijera que este grano milenario esconde un pequeño secreto, una defensa natural que, si no se trata correctamente, puede volverse en nuestra contra? Es una verdad incómoda que muchos desconocen, porque la quinoa contiene de forma natural una capa de saponinas que debe eliminarse por completo antes de su consumo. ¿Podría ser este el motivo por el que a veces no te sienta tan bien como esperabas?

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El problema no reside en el alimento en sí, sino en un paso crucial de su preparación que a menudo pasamos por alto o realizamos de forma insuficiente. Nos hemos enamorado de sus beneficios, pero hemos olvidado escuchar las advertencias que el propio grano nos da. Ese sutil amargor que a veces persiste, esa sensación de pesadez que algunos experimentan… no son características inherentes de este superalimento. Son señales de alarma, el resultado de no haber neutralizado su capa protectora, ya que un lavado inadecuado puede provocar irritación digestiva y dificultar la absorción de sus valiosos nutrientes. La diferencia entre una comida excepcional y un mal rato está, literalmente, en el agua del grifo.

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SAPONINA: EL ENEMIGO INVISIBLE EN TU PLATO

Fuente Pexels

¿Pero qué es exactamente la saponina? Imagina una molécula con una estructura similar a la del jabón. De hecho, su nombre proviene del latín sapo, que significa jabón, y por una buena razón: cuando se mezcla con agua, crea espuma. Esta sustancia no es exclusiva de la quinoa; también se encuentra en otras legumbres como los garbanzos, responsable de esa espumilla blanca que se forma al cocerlos. Su función en la naturaleza es defensiva, pero en nuestro sistema digestivo puede actuar como un irritante, una especie de lija microscópica para las paredes del intestino.

Aunque no se considera tóxica en las cantidades que consumimos, su presencia sí puede causar estragos. Para las personas con un sistema digestivo sensible, puede ser el detonante de hinchazón, gases o incluso calambres. Además, esta capa amarga puede interferir con la correcta absorción de los nutrientes de la propia quinoa, como el hierro o el calcio. Es una paradoja cruel: el mismo compuesto que protege la semilla es el que nos impide aprovechar al máximo sus bondades si no sabemos cómo prepararla correctamente, porque el consumo continuado de saponinas puede comprometer la permeabilidad intestinal y causar malestar digestivo persistente.


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