viernes, 8 agosto 2025

Cuándo es recomendable consultar a un abogado laboralista

A veces, en el trabajo, los problemas aparecen sin avisar: un sueldo que no llega, una reducción inesperada de horas o, peor aún, un despido en frío. El tiempo juega en tu contra y puede ser tan limitado como arena entre los dedos; apenas unos días pueden marcar la diferencia entre defender tus derechos o perderlos para siempre. Por eso, en la vida real, saber exactamente cuándo acudir a un abogado laboral es como tener un paraguas antes de la tormenta: imprescindible para no mojarse ante situaciones imprevistas.

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Por ejemplo, la mayoría de la gente no considera contactar con un abogados laborales hasta que el conflicto estalla, aunque a veces una simple revisión de contrato les habría ahorrado muchos disgustos. No solo resuelven conflictos laborales, sino que también pueden anticiparse y prevenirlos antes de que hagan daño.

Decidir el momento para pedir ayuda, por cierto, nunca es trivial. Podrías pensar que acudir tras un despido es algo obvio y, en efecto, es una razón muy habitual y lógica. Sin embargo, lo que muchos desconocen es el enorme peso de los plazos legales. 

¿Te han despedido o sancionado? Actúa antes de que sea tarde

Frente a un despido, la reacción debe ser inmediata, como quien se quita la mano del fuego. Los plazos para actuar son tan estrictos y breves que, a menudo, quien duda pierde. Cuanto antes, contacta con un abogado laboral en Coruña. Es el mejor escudo posible: analizará si se trata de despido disciplinario, improcedente o dentro de un ERE, y cómo se ha comunicado, anticipándose a posibles errores de la empresa que jueguen a tu favor.

El plazo de 20 días para impugnar un despido

Pocos saben que hay solo 20 días hábiles para impugnar un despido, excluyendo sábados, domingos y festivos. Imagina querer volver atrás y no poder, simplemente por no actuar a tiempo. Aunque se realice un acto de conciliación previa, el reloj se detiene momentáneamente, pero en el fondo es un paréntesis muy delicado. Pasado ese plazo, toda reclamación pierde fuerza ante el juzgado, aunque tengas razón.

¿Qué ocurre si la empresa no me da una audiencia previa?

Resulta curioso, pero desde la reforma de noviembre de 2024, la empresa está obligada a ofrecerte una audiencia previa antes de despedirte disciplinariamente. Hacer oídos sordos a este paso puede jugarle una mala pasada a la empresa, ya que ese despido podría considerarse improcedente. Bajo la experiencia de los profesionales Mosquera y Vicente abogados, este tipo de detalles suelen pasarse por alto hasta que una buena defensa los hace notar en un juicio.

¿Cuándo reclamar por impagos o cambios en el trabajo?

El hecho de que no te despidan no significa que estés libre de sufrir conflictos laborales. Incluso un retraso constante en la nómina puede ser motivo de reclamación, y aquí también un experto marca la diferencia. Esa figura especialista no solo se dedica a grandes litigios: asesora, orienta y acompaña cuando surgen problemas más sutiles, como cambios sustanciales o impagos.

Impago o retrasos continuados en la nómina

Si el salario brilla por su ausencia tres meses en un año, o hay seis retrasos graves, el trabajador puede pedir la extinción del contrato como si fuera un despido improcedente, cobrando igual indemnización. Por cierto, con un recargo legal del 10% por mora que premia la paciencia forzada. Para esto hay un plazo: tienes un año para reclamar cualquier cantidad que te deban, ya sea nómina, paga extra o finiquito.

  • Tres meses completos impagados en 12 meses.
  • Seis retrasos superiores a 15 días en un año natural.

Modificaciones sustanciales de tus condiciones laborales

Si un día la empresa decide cambiar tu horario, salario, jornada o tareas de forma importante y unilateral, puedes impugnarlo en los valiosos 20 días hábiles tras la notificación siempre que el cambio te perjudique de verdad. A veces cuesta medir ese perjuicio, pero ante la duda, conviene consultar con quien sabe detectar matices que para ti resultarían invisibles.

Otras situaciones que justifican una consulta legal

Aunque muchos ven la figura del abogado laboralista solo en grandes juicios, en realidad su intervención es clave en muchos más ámbitos.

Acoso laboral, discriminación y accidentes

  • Acoso laboral (mobbing) que convierte el trabajo diario en una pesadilla personal.
  • Diferencias de trato por género, raza o creencias. A veces, son actitudes sutiles que requieren ojo experto para detectarlas y clasificarlas jurídicamente.
  • Accidentes de trabajo que generan reclamaciones complejas de prestación, indemnización y condiciones de seguridad.

Despidos colectivos (ERE) y suspensiones (ERTE)

Un ERE o un ERTE, lo creas o no, afecta a muchas vidas a la vez y es un auténtico tablero de ajedrez legal. Allí, la labor de defensa, negociación o reclamación de un buen abogado es vital durante el periodo de consultas, que puede extenderse hasta 30 días y donde las condiciones finales pueden mejorar mucho con la debida representación.

Al final, la consulta a un profesional no es solo solución de última hora. Puede ser un escudo preventivo. Revisar condiciones antes de firmar, entender implicaciones de una baja voluntaria o analizar propuestas de conciliación te prepara, evitando disgustos y decisiones erróneas. Eso sí, si tienes cualquier duda sobre la legalidad en tu empleo, actúa: la ley y los plazos no esperan por nadie, y dejar pasar el tiempo es como cerrar la puerta a tus propios derechos.


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