La vivienda se ha convertido en uno de los problemas sociales más urgentes en el Estado español. Los precios de alquiler se han disparado, la propiedad está cada vez más concentrada y los jóvenes tienen vetado el acceso a un hogar propio.
En este contexto, tres libros recientes permiten no solo comprender la magnitud de la crisis habitacional, sino también abordar sus causas políticas, económicas y culturales, y sobre todo imaginar posibles salidas.
Uno de los análisis más claros y combativos es el que propone Jaime Palomera en ‘El secuestro de la vivienda: por qué es tan difícil tener casa y cómo esto puede romper la sociedad’, publicado por Planeta.
El autor desmonta los mitos más extendidos sobre el funcionamiento del mercado inmobiliario, y lo hace desde la convicción de que la vivienda no es simplemente un producto sometido a la ley de la oferta y la demanda, sino un bien profundamente intervenido, aunque no por el Estado del bienestar, sino por el capital rentista.
Palomera, portavoz del Sindicat de Llogateres y doctor en antropología urbana, parte de la experiencia cotidiana de millones de personas que juegan, como dice, a una partida amañada de Monopoly: una en la que algunos heredan propiedades o las acumulan mediante inversión financiera, mientras otros apenas logran pagar el alquiler.
Lejos de limitarse a la denuncia, ‘El secuestro de la vivienda’ plantea alternativas claras. Recurre a ejemplos internacionales como Viena o Singapur, donde las políticas públicas han logrado contener los precios y garantizar el acceso a la vivienda en condiciones dignas.
También insiste en la urgencia de abandonar el mito del propietario individual como base de la estabilidad social y plantea en su lugar una cultura urbana basada en el alquiler asequible, protegido y a largo plazo.
En una línea igual de crítica se sitúa Javier Burón con su libro ‘El Problema de la Vivienda: Cómo desactivar la bomba de relojería que amenaza con colapsar España’, publicado por Arpa. Burón, gerente la sociedad pública de vivienda y urbanismo navarra Nasuvinsa y con una larga trayectoria en la administración pública, analiza el problema desde dentro.
Su diagnóstico es demoledor: la subida de precios, la turistificación, la gentrificación y la irrupción de los fondos de inversión han provocado una transformación acelerada de las ciudades españolas, expulsando a los residentes tradicionales y convirtiendo los centros urbanos en escaparates para turistas o en activos financieros para grandes inversores internacionales.
Lejos de ver la situación como una tormenta perfecta fruto de factores coyunturales, Burón la sitúa en una lógica estructural: el mercado de la vivienda ha sido desregulado a conciencia, y las políticas públicas, cuando han existido, han estado marcadas por la falta de ambición y por una fe excesiva en la capacidad autorreguladora del mercado.

Frente a ello, propone una agenda decidida para cambiar el rumbo: crear un parque de vivienda social potente en el que la protección no caduque con el paso del tiempo, blindar el suelo público, limitar el uso turístico de viviendas, regular el alquiler y fomentar la vivienda cooperativa o comunitaria. Sus propuestas se inspiran también en modelos europeos, pero sin caer en la imitación ingenua: su espejo es Alemania y sus modelos locales son Pamplona/Iruña y Vitoria/Gasteiz.
‘LA ESPAÑA DE LAS PISCINAS’
Si los libros de Palomera y Burón abordan la vivienda desde la economía política y la acción pública, ‘La España de las piscinas’, de Jorge Dioni López (Arpa, 2021), lo hace desde la geografía, la cultura y la sociología del urbanismo.
Dioni parte de una imagen muy reconocible: las urbanizaciones de chalets adosados con piscina construidas durante el boom inmobiliario de las últimas décadas. Estas no son solo un fenómeno arquitectónico, sino también un modelo de vida, de consumo y de orden social. En esas calles sin aceras, alejadas de los centros históricos y diseñadas para el coche privado, se fraguó una cultura política basada en el individualismo, el miedo al otro y el aislamiento.
Según Dioni, este tipo de desarrollo urbano ha configurado buena parte de la ideología dominante en España, la liberal. El libro propone una lectura crítica del llamado ‘sueño español’ de la vivienda en propiedad.
Frente a la promesa de seguridad y prosperidad que parecía ofrecer, las urbanizaciones de las afueras han producido una realidad de precariedad, dependencia del vehículo, falta de servicios públicos y desconexión del tejido urbano tradicional. Además, ese modelo ha alimentado un imaginario donde el espacio compartido es sinónimo de amenaza y la participación en sociedad se diluye en una lógica de comunidad cerrada.
MODELO FRACASADO
Estos tres libros, distintos en enfoque pero complementarios en su diagnóstico, permiten trazar un mapa completo de la crisis habitacional que atraviesa el Estado español. Tal y como se advierte, no se trata simplemente de una burbuja más o de una coyuntura temporal, sino de un modelo que ha fracasado en su promesa de bienestar, y que ahora amenaza con fragmentar la sociedad entre propietarios privilegiados y generaciones condenadas a la precariedad residencial cuyas rentas por trabajo acaban en las fauces de la nueva élite, los grandes tenedores de vivienda.