La noticia de hoy es muy fuerte y en Merca2 tenemos todos los detalles. Alejandra Rubio está viviendo uno de los veranos más intensos y mediáticos de su vida. La hija de Terelu Campos, convertida recientemente en madre junto a Carlo Costanzia, no logra escapar del foco público y se ha convertido, día tras día, en uno de los nombres más repetidos de la crónica social. Aunque su deseo ha sido mantenerse al margen de las polémicas y escándalos, los titulares no han dejado de perseguirla desde el nacimiento de su hijo. En medio de todo ese revuelo, Alejandra ha intentado desconectar y disfrutar de una escapada a Málaga, ciudad con la que tiene un vínculo emocional muy estrecho. Su estancia allí, sin embargo, ha estado marcada también por los rumores y las interpretaciones sobre su relación con su madre y su suegra, Mar Flores. El regreso a Madrid ha sido el momento elegido por la joven para sentarse en el plató de Vamos a ver y aclarar muchos de los temas que han copado la actualidad, desde la presencia de la prensa hasta las comparaciones entre las dos abuelas del pequeño.
1Alejandra Rubio rompe su silencio

Alejandra Rubio se ha mostrado especialmente sincera y contundente, dejando atrás el tono más liviano que suele emplear en sus colaboraciones habituales. Ha relatado cómo han sido sus días en Málaga y ha compartido su sensación de agobio ante el constante seguimiento mediático al que está sometida. «He estado muy bien acompañada por todos vosotros. Para mí siempre es motivo de felicidad estar en Málaga, pero no he tenido ni un solo día de descanso con la prensa. ¿Cuándo os vais de vacaciones?», ha dicho en un tono entre divertido e incómodo, evidenciando que la presión de los medios ha sido constante incluso en sus momentos de desconexión familiar. Su comentario ha provocado una reacción inmediata en plató, donde Adriana Dorronsoro ha intentado poner en contexto la situación, recordándole que su madre, Terelu, había protagonizado un posado veraniego y una actuación teatral en Benalmádena durante esa misma semana, lo que inevitablemente atrajo la atención de los medios.
A pesar del tono conciliador de Dorronsoro, Alejandra ha respondido con rotundidad y cierta ironía, dejando claro que su relación con la prensa no depende tanto del calendario como de su propio protagonismo mediático. «No te preocupes pero yo te puedo demostrar que si es otra semana me pasa lo mismo», ha dicho con firmeza, visiblemente molesta por la falta de privacidad que está viviendo. Su incomodidad no ha hecho más que aumentar cuando se ha introducido un tema especialmente delicado para ella: el papel de su madre como abuela y las inevitables comparaciones con Mar Flores. El debate en el plató se ha tornado más serio en ese momento, y Alejandra no ha dudado en marcar límites muy claros sobre hasta dónde está dispuesta a hablar.
«Me parece tan feo ese tema…», ha comenzado diciendo con un gesto serio, claramente afectada por la dirección de la conversación. La hija de Terelu ha reconocido que entiende el interés mediático que despierta, pero ha querido dejar constancia de su malestar ante las constantes comparaciones entre ambas abuelas. Para ella, ese tipo de debates no aportan nada y solo contribuyen a alimentar una rivalidad que no existe en la realidad. Acto seguido, ha tomado la palabra con determinación para defender públicamente a su madre, dejando claro cómo valora su implicación como abuela primeriza: «Mi madre no entra en eso ni va a entrar. Para mí es una abuela fantástica y no tengo ninguna queja. No quiero que sea ni mejor ni peor porque para mí es una abuela perfecta», ha afirmado sin titubeos, dejando zanjado el asunto y mostrando su absoluto respaldo hacia Terelu Campos.