La seguridad de tu tarjeta SIM es algo que probablemente das por sentado, un pequeño chip que vive en tu móvil y que parece inofensivo. Sin embargo, se ha convertido en la llave maestra para una nueva oleada de ciberdelincuencia que está causando auténticos estragos. Hablamos de una estafa sofisticada y alarmantemente eficaz que no necesita robarte el teléfono ni instalarte ningún virus para funcionar. Es una amenaza que actúa en la sombra, explotando la confianza que hemos depositado en la verificación por SMS, una amenaza silenciosa que puede vaciar tus cuentas bancarias sin que tu dispositivo se mueva de tu bolsillo y que convierte a tu número de teléfono en el eslabón más débil de tu seguridad digital.
El modus operandi es tan astuto como preocupante y se fundamenta en un principio simple: si alguien consigue controlar tu línea telefónica, controla el acceso a casi toda tu vida digital. Los delincuentes han perfeccionado la técnica para conseguir un duplicado de tu tarjeta, un clon que les otorga el poder de recibir todas tus llamadas y, lo que es más importante, tus mensajes de texto. Esto incluye los códigos de un solo uso que los bancos, redes sociales y correos electrónicos envían para verificar tu identidad, un método cada vez más extendido conocido como SIM swapping o duplicado de SIM, que deja a la víctima completamente indefensa y, a menudo, sin ser consciente del ataque hasta que ya es demasiado tarde.
5SI YA ES TARDE: GUÍA DE SUPERVIVENCIA TRAS UN ATAQUE DE SIM SWAPPING

Si, a pesar de todo, te conviertes en víctima de un ataque de SIM swapping, la velocidad de reacción es absolutamente crítica. En el mismo instante en que detectes que te has quedado sin servicio de forma inexplicable, el primer paso es contactar de inmediato con tu compañía telefónica desde otra línea. Debes informarles de la situación para que bloqueen la línea y la tarjeta SIM fraudulenta a la mayor brevedad posible. Cada minuto cuenta, así que no dudes ni un segundo. El siguiente paso, en paralelo, es comunicarte con todas tus entidades bancarias, alertando de un posible acceso no autorizado para que congelen tus cuentas y tarjetas de forma preventiva.
Una vez contenida la hemorragia inicial, es imprescindible formalizar una denuncia ante la Policía Nacional o la Guardia Civil. Aporta todos los detalles posibles: la hora a la que perdiste el servicio, las comunicaciones con la operadora y cualquier movimiento sospechoso que hayas detectado en tus cuentas. Esta denuncia no solo es necesaria para la investigación, sino que será un documento fundamental para cualquier reclamación posterior que necesites hacer ante el banco o la propia compañía telefónica si se demuestra que hubo negligencia en sus protocolos de seguridad. No dejes de recopilar pruebas de todo lo ocurrido, un paso burocrático que es tu principal herramienta legal para recuperar tu dinero y depurar responsabilidades.