Desde su emisión, Una nueva vida ha supuesto un revuelo emocional de tal condición que está enganchando a millones y millones de espectadores en todos los rincones del planeta, la serie turca se ha vuelto un fenómeno menor que ha roto las fronteras para convertirse rápidamente en un fenómeno de masas en más de 120 países que siguen sus tramas sin cesar. La serie turca avanza con una intensidad implacable.
1EL CORAZÓN ROTO DE SEYRAN EN “UNA NUEVA VIDA»

Todo arranca en «Una nueva vida» con una escena que helado el alma: Şehmuz se lleva a Pelin con la aprobación de Halis, quien, de nuevo, contrae una alianza que traiciona a su nieto y a su nuera, presionado por Nükhet. Seyran, testigo de ese maltrato, se quiebra por dentro, aunque promete no dejar que la quiebren por completo. Ferit quiere detener la partida, pero su intervención sólo reafirma el amor que siente por el hijo de Pelin.
Seyran está en su habitación y es incapaz de contener la rabia. Lo rompe todo donde quiera que está rompiendo así el dolor que tiene acumulado desde hace semanas. «Sólo me queda la dignidad”, repitiendo esta frase entre lágrimas, como si esa frase pudiera, de alguna manera, sostenerla a medida que el entorno a su alrededor se derrumba.
Seyran no se calla, acomete empezando por Halis a quien le devuelve el collar de la tía, responsabilizándole de traicionar su confianza, lo que le hace separarse no sólo de su esposo, sino de aquella imagen del padre/patriarca que antes ella respetaba. En un giro aún más decisivo llega a acusar a Ifakat de mantener una relación secreta con Orhan, provocando entonces una explosión inminente.