En el veterano palacio que atesora los pasillos más ancestrales de la historia del palacio más emblemático del Valle de los Pedroches, el paso del tiempo no borra las huellas de quienes dejaron huella; con su cuarta temporada ya en antena, ‘La Promesa’ se mantiene firme en la lista de grandes referencias de la ficción española; pero mientras los nuevos conflictos avanzan, el eco de aquellos personajes echados al olvido se hace presente en cada rincón del castillo; la posibilidad de su regreso no es una quimera: es un riesgo presente que podría convertir en añicos el tablero.
1AMOR ETERNO Y HERIDAS ABIERTAS

El doctor Abel Bueno (con la interpretación de Alejandro Vergara) fue uno de los personajes que telespectadores han podido ver en La Promesa. Un personaje marcado por su intensidad emocional y por su complejidad. El doctor llegó a la finca con una misión médica de urgencia —venía para atender las necesidades del embarazo ficticio de Jimena— en una situación crítica del capítulo tan memorabilidad del primer acto de La Promesa. Luego vino el torbellino sentimental que marcaría a Jana y a los espectadores. El romance o la relación amorosa entre Abel y Jana fue fervorosa, intensa y destructora.
Sin embargo, su salida estuvo tachada de tragedia: la muerte de Jimena —una consecuencia indirecta de sus decisiones— lo llevó a abandonar el palacio con un sabor a derrota. En el mundo narrativo de La Promesa, las ausencias nunca son definitiva, y la muerte de Jana podría ser el detonante perfecto para volver, esta vez cargado de tristeza, rabia y una misión de justicia o venganza.
¿Se arriesgaría a encontrar a Manuel y Curro en una cruzada silenciosa y, por extensión, clandestina por la memoria de Jana? No olvidemos que el valor y la fidelidad de Abel ya tuvieron su momento para brillar al salvar a Curro durante la cacería que tuvo lugar en aquella trágica jornada que fulminó a Feliciano. Este nuevo Abel le puede dar un nuevo recorrido a su arista emocional y emocional de la narración.