sábado, 2 agosto 2025

El truco de la ITV para que no te fallen los faros en el examen

La cita con la ITV es, para la mayoría de los conductores españoles, un examen que se afronta con una mezcla de resignación y nerviosismo. Revisamos los niveles de aceite, la presión de los neumáticos y nos aseguramos de que no haya ninguna luz de avería encendida en el cuadro de mandos. Sin embargo, en esta liturgia previa, a menudo pasamos por alto uno de los elementos que más suspensos inesperados provoca: los faros. El progresivo amarillamiento del plástico que los recubre es un enemigo silencioso que reduce drásticamente su eficacia y que se ha convertido en una de las causas más comunes de un resultado desfavorable.

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Frente a este problema, la mayoría piensa que la única solución pasa por un costoso pulido profesional o, en el peor de los casos, por la sustitución completa de la óptica. Pero existe un truco casero, un secreto de la mecánica de guerrilla que puede salvarnos del disgusto y ahorrarnos un buen dinero. Lejos de productos químicos complejos o herramientas especializadas, la solución se esconde en nuestro cuarto de baño y tiene el poder de devolverle la vida a nuestros faros en cuestión de minutos. Un remedio tan insólito como eficaz que nos puede ayudar a pasar la ITV sin sobresaltos.

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SOLUCIONES DE TALLER: CUANDO EL REMEDIO ES PEOR (PARA TU BOLSILLO)

Fuente Pexels

Cuando un conductor se enfrenta a una ITV desfavorable por culpa de los faros, la primera opción que se le suele presentar es acudir a un taller especializado. Allí le ofrecerán un servicio de pulido y restauración profesional. Este proceso implica el lijado de la superficie del faro con diferentes granos para eliminar la capa dañada, seguido de un pulido con una máquina específica y la aplicación de un barniz protector con filtro UV. Es la solución más duradera y eficaz, pero también, tiene un coste que puede oscilar entre los 50 y los 100 euros por los dos faros, un gasto imprevisto que a nadie le gusta asumir.

Si el daño es muy profundo o si se ha producido una grieta, la única solución que ofrece el taller es la sustitución completa de la óptica. Aquí el desembolso se dispara de forma alarmante. Dependiendo del modelo y la marca del coche, un solo faro puede costar desde 150 euros hasta más de mil si se trata de un vehículo de alta gama con tecnología LED o xenón. Es en este contexto, donde el truco casero adquiere todo su valor, al ofrecer una alternativa de emergencia increíblemente económica para superar el examen de la ITV y aplazar un gasto mayor.


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