La cita con la ITV es, para la mayoría de los conductores españoles, un examen que se afronta con una mezcla de resignación y nerviosismo. Revisamos los niveles de aceite, la presión de los neumáticos y nos aseguramos de que no haya ninguna luz de avería encendida en el cuadro de mandos. Sin embargo, en esta liturgia previa, a menudo pasamos por alto uno de los elementos que más suspensos inesperados provoca: los faros. El progresivo amarillamiento del plástico que los recubre es un enemigo silencioso que reduce drásticamente su eficacia y que se ha convertido en una de las causas más comunes de un resultado desfavorable.
Frente a este problema, la mayoría piensa que la única solución pasa por un costoso pulido profesional o, en el peor de los casos, por la sustitución completa de la óptica. Pero existe un truco casero, un secreto de la mecánica de guerrilla que puede salvarnos del disgusto y ahorrarnos un buen dinero. Lejos de productos químicos complejos o herramientas especializadas, la solución se esconde en nuestro cuarto de baño y tiene el poder de devolverle la vida a nuestros faros en cuestión de minutos. Un remedio tan insólito como eficaz que nos puede ayudar a pasar la ITV sin sobresaltos.
1EL OCASO DE TUS FAROS: EL ENEMIGO SILENCIOSO DE LA ITV

Para entender por qué los faros se vuelven opacos y amarillentos, hay que conocer el material del que están hechos. Hace décadas, los faros eran de cristal, pero por motivos de seguridad y coste, la industria del automóvil los sustituyó por el policarbonato. Este plástico es más ligero y resistente a los impactos, pero tiene un gran enemigo: el sol. La radiación ultravioleta degrada la capa protectora del policarbonato, provocando una oxidación que se manifiesta en esa antiestética capa amarillenta y opaca. Este no es solo un problema estético, sino un grave riesgo para la seguridad.
Durante la inspección de la ITV, los técnicos no se fijan en si los faros están bonitos, sino en si cumplen su función. Utilizan un aparato llamado regloscopio o luxómetro para medir la cantidad y la orientación del haz de luz. Un faro opaco dispersa la luz y reduce significativamente su alcance, lo que puede deslumbrar a otros conductores y disminuir nuestra propia visibilidad. Según el manual de procedimientos de la ITV, una luminosidad insuficiente es un defecto grave, lo que implica un resultado desfavorable de forma automática y la obligación de volver a pasar la inspección.