Este verano, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha puesto el acento en la calidad de los helados que más se compran en España y el resultado del estudio no da precisamente la sensación de insatisfacción. Entre las 32 referencias analizadas por la OCU, solo dos marcas se encuentran dentro del grado de «muy buena calidad» y el resto quedan muy malparadas.
2LO QUE NO VES TAMBIÉN IMPORTA

Otro de los aspectos más preocupantes que se extrae del informe de la OCU es la presencia constante de aditivos. Y también algunos de ellos están muy bien clasificados por diferentes organismos europeos, que así cada vez encuentran menos convenientes. De media, cada helado analizado contenía cuatro aditivos distintos, llegando a un total de hasta 20 tipos diferentes. Adicionalmente, los emulsionantes, los espesantes, los colorantes y los antioxidantes son los principales aditivos que tienen como finalidad compensar la falta de ingredientes de gran calidad.
Además, de forma muy concreta, la OCU denuncia el uso de E-442, E-471, E-472c, y E-14XX, que aunque son aditivos legalmente permitidos, no deberían encontrarse en un alimento que en la etiqueta fácilmente ya presume de natural. La función de muchos de estos aditivos es técnica, pero también sirve para ajustar la imagen: establecen la textura, el color o el sabor en condiciones óptimas al producto final, aunque el producto base no sea de calidad.
La normativa vigente proporciona unos márgenes relativamente amplios a la hora de componer el helado. Por ejemplo, los helados de crema solo están obligados a llevar un mínimo del 8% de lácteos –los helados de leche un escaso 2,5%–, y la categoría helado ni exige esta búsqueda de un mínimo. Por tanto, un producto que lleve la etiqueta de helado podría tener una muy baja presencia de lo que habitual y formalmente se consideraba un helado.
La OCU ha criticado la lejanía con respecto a la normativa vigente y la ambigüedad del etiquetado. El consumidor ignora que come, en el mejor de los casos, no helado –sino una mezcla de grasas vegetales, jarabes, aditivos en lugar de gelados a base de leche y huevos–. El envoltorio promete un sabor «casero» pero la realidad es que el contenido tiene poco que ver con el sabor que nos prometen.